Un gran espiral estelar, con una boca ancha, que oscurece hacia el centro. Esa es la representación fílmica de un agujero negro. Según la teoría de la ciencia ficción, es posible viajar de un lugar a otro en segundos a través de un agujero negro. Sin embargo, un argentino es noticia mundial por desarrollar una teoría que permitiría, no solo corroborar el viaje, sino también un gran salto en el tiempo.

Juan Martín Maldacena, del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, y Alexey Milekhin, del Departamento de Física de la misma Universidad, desarrollaron una teoría que permitiría explicar la unión de dos 'gusanos' unidos por un tubo conexo.

La teoría se denomina 'Agujeros de gusanos atravesables por seres humanos' y postula la posibilidad de viajar unos 10.000 años luz de distancia en solo un segundo. Esto había sido considerado factible solo en dos áreas: la física cuántica y las dimensiones microscópicas. Sin embargo, hay dos detalles: el viaje en el tiempo es más largo por adentro que hacerlo por afuera y solo se puede avanzar hacia el futuro. Es decir, no hay vuelta atrás en el tiempo.

Fuera de toda ficción, los agujeros de gusanos son inestables, o como detallan en el área 'metasteables'. A diferencia de lo que se cree, los agujeros negros no tienen una entrada y una salida. 'No tienen un horizonte, una frontera más allá de la cual, si uno pasa, no puede volver a salir. En el caso que estudiamos, el tubo de uno se conecta con el del otro, y uno puede entrar por una boca y salir por la otra, e incluso puede salir del otro lado, volver a tirarse y salir por la entrada original. Son como túneles que conectarían dos lugares muy distantes de nuestro universo, a miles de años luz de distancia', explica Maldacena desde Princeton.

El viaje en cuestión sería para uno solo. Y a penas. No podrían ingresar objetos grandes porque el agujero podría destruirse, conteniendo al viajero para siempre. Por otro lado, un viaje seguro requiere un 'vacío a temperatura cero', ya que cualquier tipo de radiación que ingresa por ambas gargantas se podría acumular en su interior produciendo energía positiva que compensaría la energía negativa del interior. Si eso ocurriera, sería mortal para el viajero, señalan.