El colmo: sentenciaron a una funcionaria judicial que vendía droga
Luciana Gisela D’Angelo escondía los estupefacientes en un cambiador de bebé. Un jurado popular lo declaró culpable.
El colmo del delito se dio en Quilmes, Buenos Aires. Una funcionaria judicial fue declarada culpable por un jurado popular por vender drogas desde su casa, y ahora deberá esperar para conocer la pena.
Luciana Gisela D’Angelo, es la auxiliar letrada de la Fiscalía de Instrucción y Juicio N°7 de Florencio Varela, que fue acusada por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravada por su calidad de funcionaria pública.
‘Soy inocente. Nunca estuve en posesión de ningún tipo de drogas. A mí me la estaban ocultando. No soy una criminal’, fueron las palabras que pronunció la acusada antes que el jurado popular compuesto por los doce vecinos se reúna para decidir el veredicto, en el juicio que comenzó el pasado 25 de marzo.
Los miembros del jurado se retiraron a deliberar y por unanimidad llegaron a la conclusión de que la mujer es culpable por la tenencia y comercialización de los estupefacientes.
‘Ella no puede desconocer todo esto’, aseguró la fiscal, María de los Ángeles Attarian Mena, durante su alegato respecto a la cantidad de sustancias ílicitas que encontraron en la vivienda de la funcionaria judicial. Por esto mismo, Attarian Mena pidió al jurado que la declare culpable.
El punto de venta era la vivienda que compartía con su concubino, Matías Furingo, que ya fue condenado tras un juicio abreviado, en el que aceptó los cargos que recaían en su contra y acordó una condena por esos delitos.
El caso salió a la luz luego de una denuncia que señalaba que la vivienda situada en la calle Juan V. González como un lugar de venta y dosificación de estupefacientes.
Los hechos que se les imputaron a ambos fueron cometidos en 2019. Tras una denuncia, se realizó un allanamiento el 12 de septiembre de ese año, en el que secuestraron marihuana, cocaína, morfina, codeína, opio y heroína, drogas que estaban listas para ser comercializadas.
Los elementos secuestrados fueron expuestos como material probatorio durante el proceso a pedido de la fiscal que llevó adelante la acusación. Además, Attarian Mena precisó que los frascos con estupefacientes estaban escondidos en un mueble, una lámpara, el extractor de la cocina, el lavarropas y hasta el cambiador de un bebé.
También se encontraron balanzas y ‘muchas drogas que no eran para el consumo, eran para vender’, según consignó Diario 5 Días.
A lo largo del juicio, declaró como testigo un policía del grupo operativo que participó del allanamiento. En tanto también brindó su testimonio un allegado de la familia y una empleada doméstica que trabajaba en el domicilio. Ambos aseguraron que nunca habían percibido en el lugar acciones que puedan llegar a vincularse con el narcomenudeo.
Por su parte, el defensor oficial de D’Angelo, Roberto Rosales, solicitó la absolución de la funcionaria judicial al alegar que ‘tiene tres hijos y tiene que seguir trabajando’
Además, consideró que ‘el conocimiento no es participación’, por lo que planteó que ‘no es autora. No es partícipe’, y durante el juicio buscó responsabilizar a la pareja y alegar que ella era ajena a la actividad que él realizaba.