Tras un fallo del Tribunal Oral Federal N°2 de Salta, una mujer identificada como N.A. obtuvo una reparación económica millonaria por casi cuatro años de torturas y explotación sexual en un templo Umbanda que adoraba a San La Muerte. La resolución llegó siete meses después del juicio que condenó a los líderes del culto, Jorge Juan Soria Villalba y María Ester Arroyo, a penas de 9 y 8 años y 2 meses de prisión, respectivamente, por trata de personas con fines de explotación sexual agravada.

En una entrevista con TN, N.A. expresó su descontento con las penas y destacó que ambos cumplen prisión domiciliaria, considerándolo irrisorio.

La víctima, inicialmente atraída por el santuario dirigido por Villalba y Arroyo, se involucró en el culto a San La Muerte a través de su sobrina. Lo que comenzó como algo diferente y positivo se tornó oscuro cuando descubrió las verdaderas intenciones. A medida que se volvía más devota, la alejaron de su familia y la forzaron a cerrar su negocio para dedicarse por completo al culto.

Las prácticas de tortura, denominadas "sesiones", incluían castigos como beber whisky con ají y, en un caso extremo, echarle tierra de cementerio, quemarla y cortarle las manos y la boca. Después de un encuentro casual con su hermana, la sometieron a sesiones más crueles, como caminar sobre brasas ardientes y recibir latigazos.

El juicio, que tuvo lugar siete meses antes de la reparación económica, condenó a los líderes del culto, pero N.A. considera que la pena es insuficiente dada la gravedad de los abusos sufridos. La víctima, tras superar el miedo, busca que su testimonio sirva para concientizar sobre las peligrosas dinámicas de estos cultos.