En noviembre del 2006, Nora Dalmasso fue hallada asesinada en su casa de Río Cuarto, al sur de la provincia de Córdoba. Y a casi 17 años del crimen y 14 meses de la absolución del viudo Marcelo Macarrón, el fiscal de Instrucción Pablo Jávega continúa la investigación.

Según trascendidos, se confeccionó una lista de más de 200 personas cercanas al matrimonio Macarrón y su casa. Todas las semanas son citados entre 10 y 20 testigos, y se les toman muestras para establecer su ADN.

Esos datos genéticos se cotejan con los del cinto de la bata y el resto de la evidencia. Fuentes de la investigación explicaron que si surge una coincidencia, tendrían que determinar si esa huella quedó ahí accidentalmente o corresponde al asesino de Nora Dalmasso.

Asimismo, señalan que las muestras que se tomaron en las últimas dos semanas son de personas a las que nunca antes se le habían hecho estudios de ADN. Se estima que este nuevo mapeo de información genética llevará entre cuatro y cinco meses, ya que prevén procesar unas 40 muestras por mes.

En cuanto al caso, cabe recordar que las pericias determinaron que la mujer fue estrangulada con el cinto de su bata de baño y golpeada con un elemento contundente. Por lo que el Fiscal Julio Rivero, determinó designar a dos colaboradores exclusivos para la causa y estudiar una pista genética que se encontró en el lazo de la mujer.

Cabe mencionar que, en el juicio de Macarrón, el fiscal Julio Rivero sostuvo que a Dalmasso “la mató una sola persona, un conocido por ella”. E indicó que presuntamente, tras “un acto sexual consentido”, el asesino sujetó a la víctima del cuello hasta dejarla inconsciente y luego le hizo un doble nudo con el cinto en el cuello, para evitar que recupere la conciencia.

Para Rivero, podrán hallar al criminal en ese cinto y, pese a que el caso puede estar prescripto por los años transcurridos, el Tribunal que juzgó a Macarrón resolvió remitir los antecedentes a la fiscalía de Jávega para que continúe la investigación.

La pista clave para el nuevo rumbo de la causa Dalmasso

En el cinto de la bata, los expertos genetistas encontraron huellas de Macarrón, que supusieron que llegaron ahí solo porque vivía en la misma casa que la víctima. Pero, también encontraron un perfil no identificado que no pertenece a ninguno de los erróneamente imputados ni a los policías o conocidos que estuvieron en la escena del crimen.

Por lo que en su momento, el fiscal Javier Di Santo hizo el cotejo con casi 30 personas y se descartó que hubieran contaminado la evidencia. Ahora, Jávega pidió que se elabore una lista de todas las personas que formaban parte del entorno de la familia, incluidos los obreros que reformaron su casa en 2006.

“Intentamos depurar los perfiles de ADN ubicados en la escena del crimen, apuntamos a averiguar a quienes pertenecen los ADN que no habían sido identificados. Si se logra esta tarea, que no es menor, vamos a intentar determinar cuál es el contexto, cómo habían llegado esos aportes a la escena”, precisó el fiscal Pablo Jávega al medio cordobés La Voz.