En Capilla del Monte, Córdoba, al menos 50 personas se vieron afectadas por una intoxicación masiva tras consumir carne en mal estado adquirida en un minimercado local. Las autoridades locales confirmaron la hipótesis de la carne contaminada, lo que llevó a la inmediata clausura del establecimiento por parte de la municipalidad.

Los afectados experimentaron síntomas alarmantes como vómitos, diarreas, fiebre y dolores abdominales, todos atribuidos al consumo de cortes de carne no aptos ni regulados. Los eventos comenzaron la semana pasada cuando residentes publicaron en redes sociales denuncias sobre la venta de "carne podrida" en la carnicería ubicada en la calle Lavalle, instando a desecharla para prevenir afectaciones a otras personas.

Las autoridades respondieron a las denuncias con una inspección en el minimercado, llevada a cabo por el personal de la dirección de Bromatología. Según los afectados, el comercio habría comercializado siete medias reses en estado de descomposición durante los últimos días de la semana pasada, promocionándolas y vendiéndolas el jueves, viernes y sábado por la mañana.

Una de las víctimas detalló al medio local El Diario de Carlos Paz que la carne fue tratada con químicos y lavada con lavandina antes de ser vendida, poniendo en riesgo la salud de turistas y residentes. Existe preocupación entre los afectados debido a la posibilidad de contraer una bacteria que puede causar problemas renales e inflamaciones en los riñones.

Tras la revelación del caso, los inspectores municipales descubrieron que el minimercado almacenaba carne vacuna en un depósito sin cumplir las disposiciones necesarias para prevenir posibles contaminaciones. Como respuesta, el intendente de Capilla del Monte, Fabricio Díaz, ordenó el cierre preventivo del establecimiento, así como la clausura de una forrajería y pet shop que vendía carne de manera clandestina, aunque las autoridades aseguran que estos casos no están relacionados.

En relación con las personas intoxicadas, informaron  que se están recuperando favorablemente de sus malestares respectivos. Sin embargo, persiste la preocupación de que otras personas que adquirieron carne en el lugar y la congelaron sin conocer la situación puedan estar en riesgo.