Un hombre de 24 años fue condenado a 20 años de cárcel después de que él mismo confesó que violó y robó a 8 mujeres en diferentes comercios de la ciudad de Rosario.

El atacante se llama Pablo Nicolás Barreto y fue condenado "robo, privación ilegal de la libertad y abuso sexual".

Los robos y violaciones ocurrieron entre enero y julio de este año, informaron fuentes judiciales. "Si, soy culpable", dijo el imputado Pablo Nicolás Barreto (24), por lo que fue condenado este mediodía por el Tribunal de Primera Instancia de Rosario, acusado de ser autor de ocho casos de "robo, privación ilegal de la libertad y abuso sexual.

En una audiencia celebrada en el Centro de Justicia Penal, el Tribunal de Primera Instancia compuesto por los jueces Héctor Núñez Cartelle, María Chiabrera, Pablo Lanzón resolvió homologar el procedimiento que fue presentado por la fiscal Nora Marull y aceptado por la defensa del acusado, por lo que lo condenó a 20 años de prisión.

Los ataques ocurrieron entre 9 de enero y el 10 de julio pasados en distintos comercios. Según se determinó, en tres de los episodios, Barreto abusó sexualmente de sus víctimas y en otros cinco casos fueron tentativas de violación, ya que las víctimas lograron escapar.

La fiscal Alejandra Raigal relató que "el acusado recreó el mismo patrón de conducta en casi todos los ataques en el que primero entraba al negocio a ofrecer un servicio de seguridad o de cámaras, o preguntaba por un artículo, se cercioraba de que hubiera una mujer joven sola y que no hubiera cámaras de seguridad en el interior y después volvía otra vez como cliente".

"El atacante luego las amenazaba con un arma que no fue hallada, llevaba a sus víctimas hacia un baño del fondo, las ataba con precintos plásticos negros, de distintos tamaños y a todas igual -en el cuello, las muñecas y los tobillos- y después abusaba o intentaba abusar de ellas", señaló.

El hombre fue intensamente hasta que las autoridades lograron capturarlo el 11 de julio gracias a que una de las víctimas identificó el número de patente de la moto que el agresor utiliza para movilizarse y que había sido descripta por todas las víctimas.

Fuente: Crónica