En el Día del Corazón, el Dr. Patricio Rattagan, quien es parte del Centro de Servicios Hospitalarios, brindó en Diario 13, valiosas pautas para cuidar la salud cardiovascular, destacando la importancia de tener desfibriladores en lugares públicos.

En una primera instancia, señaló que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel global, cobrando más de 17 millones de vidas al año, y se proyecta que esta cifra aumentará a 23 millones para el año 2030, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, dos factores cruciales y modificables pueden ayudar a reducir esta alarmante prevalencia de enfermedades cardiovasculares y su mortalidad. En primer lugar, la prevención, que implica cambios en el estilo de vida y chequeos médicos regulares. En segundo lugar, la capacidad de reanimación en casos de paro cardíaco, respaldada por una ley nacional que requiere la presencia de desfibriladores y personal capacitado en lugares públicos.

A continuación, te damos los diez consejos  de Rattagan para cuidar la salud del corazón:

Hacerse los chequeos periódicos

Tanto en la infancia como en la adultez resulta de buena práctica visitar al médico clínico y al cardiólogo para poder evaluar, entre otros parámetros, los niveles de presión arterial, el peso, el perfil de lípidos y la glucosa en sangre.

“El primer contacto con los especialistas representa una oportunidad única no solo por la posibilidad de detectar precozmente enfermedades cardiovasculares sino también por ser un excelente momento donde poder dar consejos saludables y así poder prevenirlas”, explica el Dr. Rattagan, médico cardiólogo intervencionista (M.N. 133.775) del Servicio de Hemodinamia del Hospital Posadas.

Por su parte, el Bioingeniero Alfredo Ludueña del Centro de Servicios Hospitalarios, detalla que “los estudios que suelen pedirse, si bien varían en cada paciente y según sus antecedentes, para analizar el estado del corazón suelen ser electrocardiograma, el ecocardiograma, la prueba de esfuerzo, y también, en casos más específicos, una tomografía computarizada del corazón e imágenes por resonancia magnética”.

Cuidar el perfil lipídico

El colesterol y los triglicéridos elevados facilitan el desarrollo de aterosclerosis, es decir placas de ateromas que pueden obstruir las arterias de todo el cuerpo aumentando el riesgo cardiovascular.

Se recomienda la medición de dichos parámetros tanto en niños como en adultos, de manera sistemática, que será guiado por su médico. Además, es importante reducir el consumo de grasas saturadas, que están en las carnes rojas, en los quesos y en los lácteos enteros, y evitar los fiambres, los embutidos, algunos productos de panadería industrial y los ultraprocesados y aumentar el consumo de frutas y verduras.

Controlar la glucemia

El nivel de glucosa en sangre es otro de los datos que el médico solicitará para conocer el estado de su corazón. Si está elevada puede indicar la presencia de diabetes o prediabetes, que es un factor de riesgo cardiovascular importante y sobre el cual hay que tomar medidas.

Evitar el sobrepeso

 “El sobrepeso y la obesidad están teniendo valores casi epidémicos en Occidente y nuestro país no es ajeno a eso: afecta a más del 50 por ciento de la población según datos del Ministerio de Salud. Son importantes los buenos hábitos alimentarios y la actividad física diaria para el control del peso”, alerta el Dr. Rattagan.

Controlar la presión arterial

Para el buen control de la presión, hay que disminuir la ingesta excesiva de sal, una adecuada hidratación, controlar el exceso de peso y realizar ejercicios aeróbicos. El estrés también es un factor a tener en cuenta a la hora de controlar la presión. En caso de que se diagnostique a tiempo, los médicos podrán dar el tratamiento adecuado para mantenerla en valores saludables.

No al cigarrillo

“Es ya muy conocido el daño que produce fumar y que su abandono disminuye las probabilidades de tener un infarto, un ACV, cáncer y enfermedades respiratorias. Es importante que las personas que tienen deseo de abandonarlo sepan que pueden acercarse al médico para lograrlo”, explica el cardiólogo.

Caminar o hacer deporte

El ejercicio físico ayuda a cuidar el corazón, las articulaciones y además colabora con reducir el estrés. “Es importante realizar actividad física aeróbica, como caminar, y se sugieren 30 minutos por día al menos 5 días a la semana”, dice Rattagan.

Tener una alimentación saludable

“La buena alimentación implica reducir el exceso de sal y azúcar, las grasas animales, de alcohol, y sumar frutas, verduras, cereales, legumbres y aceite de oliva”, explica el Bioingeniero de Centro de Servicios Hospitalarios, Ludueña.

Manejar el estrés

“No decimos evitarlo porque sabemos que en este mundo de hoy es imposible. Pero sí se pueden sumar meditaciones, yoga, hacer pausas activas en la jornada laboral y, por qué no, apelar a una terapia psicológica cuando uno se siente colapsado por situaciones familiares o laborales, ayuda mucho a la salud del corazón”, explica Ludueña.

Ir a urgencias ante un dolor en el pecho

“Un dolor en el centro del pecho, que puede estar o no irradiado al brazo asociado o no a falta de aire, podría ser una señal de alerta en la que no hay que perder tiempo. Debe dirigirse a la guardia más cercana al lugar donde se encuentre o llamar al servicio de emergencias para ser evaluado”, dice el Dr. Rattagan.

Además mencionó que la capacitación en el uso de desfibriladores externos automáticos (DEA) y la promoción de su presencia en lugares públicos son medidas que salvan vidas. La Ley número 27.159 requiere que cada espacio público cuente con DEA y personal capacitado en reanimación cardiopulmonar (RCP). Cualquier persona puede aprender a utilizar un DEA en una breve charla de una hora, lo que puede marcar la diferencia en situaciones de emergencia.

La accesibilidad a la reanimación cardiopulmonar y la desfibrilación en espacios públicos y privados es esencial para fomentar la cadena de supervivencia y mejorar las posibilidades de sobrevivir a un paro cardíaco.

La salud cardiovascular es una responsabilidad compartida y puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.