La estrategia del presidente Javier Milei y de su ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, para bajar la inflación es sencilla: profundizar la recesión a fuerza de licuar salarios, haberes jubilatorios y ahorros de modo de liquidar la demanda y, con ella, la producción nacional. La industria de la carne vacuna ya siente con fuerza el impacto de las medidas recesivas de la Casa Rosada.

En medio de un contexto económico desafiante, el consumo de carne vacuna en Argentina descendió considerablemente, alcanzando mínimos históricos según datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).

En marzo de 2024, el consumo per cápita de carne vacuna fue de 42,6 kilos, marcando una caída del 18,5% en comparación con el mismo mes del año anterior, el peor registro en los últimos 30 años.

Miguel Schiariti, presidente de Ciccra, explicó que esta disminución se debe directamente a la caída del poder adquisitivo de la población, señalando que "la gente no tiene un mango".

Leonardo Rafael, presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), alertó sobre una retracción de la demanda del 30 al 40% desde diciembre, atribuyendo esta situación a una "tremenda" recesión económica.

Los precios de la carne vacuna han seguido una tendencia al alza, reflejando el contexto inflacionario del país. En marzo, los valores aumentaron un 11% respecto a febrero y un impresionante 275% en comparación con marzo de 2023, según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

Los cortes más afectados por estas subas fueron la carne picada (16%), el osobuco (13%) y la paleta (13%).

Schiariti anticipó que los precios de la carne vacuna se mantendrán debido a la falta de una reactivación en las ventas a corto plazo.

Este declive en el consumo de carne vacuna también se ve influenciado por la competencia de otras carnes, cuyos precios resultan más accesibles. El consumo de carne aviar aumentó significativamente, superando incluso al de carne vacuna, mientras que el consumo de carne porcina también ha experimentado un incremento considerable.

Además, la disminución en la faena de bovinos ha contribuido a esta situación. En marzo, la faena de hacienda vacuna alcanzó su cuarto mes consecutivo de caída, marcando uno de los niveles de actividad más bajos en décadas.

En cuanto a los precios, el valor de los cortes vacunos aumentó en promedio un 278,0% entre marzo de 2023 y marzo de 2024. La carne picada común, por ejemplo, se multiplicó por cuatro en los últimos doce meses.

En contraste, el precio del pollo también experimentó un incremento significativo, alcanzando un aumento anual del 287,0%.