En Córdoba, el lunes pasado a Juan Carlos Luna ladrones le quitaron la vida, para robarle. En medio de la impunidad, con que dejaron a sus hijos sin papá, la viuda manifestó que descree en la Justicia y lamentó, como enfermera, no haber podido salvar a su marido.

La esposa del albañil ultimado por delincuentes está destrozada. Y en diálogo, con un medio cordobés, aseguró que no deja de llorar y consideró que nada cambia con que detengan a los responsables porque el “sufrimiento no se lo saca nadie”.

“No creo en la Justicia, los derechos humanos existen para las ratas inmundas estas que lo único que hacen es daño”, cuestionó con la voz entrecortada. Y remarcó: “Nadie recupera a la persona que se fue y el daño que hicieron”, expresó Ana.

Y sumó, “no lo puedo despedir en paz, no le puedo dar cristiana sepultura porque si las pericias dicen que hay que volver a abrir el cuerpo me lo van a sacar de nuevo. Hasta tres meses lo puedo tener en el depósito para que lleguen a una verdad, supuestamente”, lamentó.

La mujer se desempeña como enfermera y horas antes del ataque de los ladrones, Juan Carlos Luna la había llevado a su trabajo. Era la rutina que hacían todos los días y que una banda delictiva ayer, le arrebató.

Aquel llamado desesperado de uno de sus hijos no lo olvida más y se reprocha no haber podido salvarle la vida: “Saqué a muchos pacientes en condiciones complicadas y saber que no pude darle una mano a él te destruye”.

El caso en que perdió la vida, Juan Carlos Luna

El cordobés fue sorprendido por una banda de ladrones, que intentó robarle la camioneta. Salía de su casa para ir a trabajar junto a su hijo de 25 años. Arriba del vehículo también estaba su hija de 15 años, a quien iba a llevar a la escuela.

Uno de los ladrones se subió a la camioneta, empujó a la adolescente y amenazó al albañil. En medio del forcejeo, cargó el arma y le disparó al hombre, que cayó inconsciente y perdió mucha sangre.

Los agresores huyeron sin la camioneta. Un móvil policial trasladó a Juan Carlos Luna hasta el hospital porque la ambulancia se demoró. Finalmente falleció.