Dos hombres asesinaron a cuatro taxistas en menos de un mes en Rosario. Los criminales utilizaron la misma pistola, que además contenía cartuchos que serían de la Policía. Los últimos ataques, que fueron un mensaje mafioso aterrador, fueron efectuados entre el martes y el miércoles en horas de la noche. Según informó Diario Crónica, el análisis balístico confirmó que los crímenes se realizaron con la misma arma.

El fiscal Patricio Saldutti pidió una segunda pericia a la Policía Federal que se llevará a cabo en la Ciudad de Buenos Aires. Además, en ambos casos se incautaron vainas servidas que pertenecen a la Policía. La fiscal regional María Eugenia Iribarren anunció que creará un equipo para avanzar en las causas.

‘Tenemos reconstruida la mecánica de los hechos. Al día de hoy sabemos dónde fueron abordados los taxis, los recorridos, y como se dieron los hechos. Y particularidades de las escenas. Hace minutos recibimos el adelanto de la PDI que confirma que se utilizó la misma arma’, expresó en conferencia de prensa Saldutti.

‘Todos los datos hoy son relevantes. No podemos descartar ninguna hipótesis. Los dos taxis eran de la misma empresa, que colabora con la investigación y aportó los GPS de las unidades y su titular declaró en Fiscalía’, agregó Saldutti.

Incluso, después señaló que se encontró una nota intimidatoria hacia taxistas que fue encontrada en el barrio Puente Gallego, pero descartó que tenga conexión por ahora con los ataques.

‘El hallazgo fue 40 minutos antes del segundo homicidio. Podría no tener ninguna relación’, aseguró.

Los dos asesinatos, el de Héctor Raúl Figueroa (43 años) en Flammarion al 5100 y el de Diego Alejandro Calentano (32) en Alvear y Garmendia, ocurrieron aproximadamente a las 23 y los dos conductores pertenecían a la misma empresa de radiotaxi 4555555, que ya había sido mencionada en el triple crimen que tuvo entre las víctimas al narcotraficante Emanuel Sandoval, alias “Ema Pimpi”.

En los ataques tuvieron participación sus pasajeros. En primero se presume que el pasajero se echó a correr junto con el tirador, que a pie se puso al lado del conductor y le disparó nueve tiros. En el segundo se investiga si la víctima llevaba a dos personas y le dispararon desde el interior del vehículo.

En las dos escenas de los crímenes se encontraron vainas servidas calibre 9 milímetros que tenían en la culata metálica de los cartuchos la inscripción “PSF”, en alusión a la Policía de Santa Fe. Se interpreta que los gatilleros utilizaron balas que habían sido provistas por el Estado provincial a agentes policiales. Por motivos que se intentan establecer, terminaron en manos de los sicarios.

Al lado del Cronos que manejaba Figueroa se halló una zapatilla DC blanca. En un primer momento se creyó que se le había caído al pasajero que se había ido del lugar corriendo con el autor de los balazos. Sin embargo, al encontrarse una zapatilla Nike negra al lado del Voyage de Calentano se tomó como una pista, un mensaje, que por el momento no se logra detectar qué quiere decir.

Por otro lado, el 13 de febrero el conductor José Luis Assale (63) trasladó al pasajero Carlos Uriel Acosta (22) desde la ciudad de San Lorenzo hasta el barrio Tablada de Rosario. Cuando frenó su auto, un Fiat Siena, aparecieron sicarios que realizaron diez disparos que causaron la muerte de ambos.

El 16 de febrero, Juan Manuel Britos limpiaba su coche en la puerta de su casa, en Villa Banana. Dos gatilleros en moto le dieron 29 tiros que impactaron en las piernas, en el cráneo, en los brazos, espalda y toráx.

Britos había tenido custodia policial en la puerta de su casa por dos ataques a tiros ocurridos en febrero del año pasado, pero esa medida de seguridad había sido levantada hace cinco meses. Se desconocen los motivos de esa decisión.