“Cuando encontré ese dinero lo único que pensé fue en devolverlo. Soy una persona que trabaja y se las rebusca, que sabe lo que cuesta ganarse el sustento”, con estas palabras Saúl Giménez de 31 años explicó por qué devolvió los $250.000 que encontró en una obra.

La historia de este humilde trabajador desocupado de 31 años con esposa y 4 hijos recorrió el país después de que su empleador lo publicara en sus redes.

Todo ocurrió en la localidad mendocina de Alvear cuando Giménez fue a ayudar en la reconstrucción de un salón comercial propiedad de Oscar Calvo de 57 años.  Allí funcionó durante años una bicicletería y polirubro estaba la vivienda de la familia, hasta que un cortocircuito inició un incendio que terminó con todo.

Calvo contó que él no conocía a Saúl, pero si era conocido el padre de este joven y que fue el padre de este albañil quien le ofreció ayudar a limpiar y reconstruir el lugar a cambio de poder quedarse con algunas chapas que se salvaron del fuego.

Calvo aceptó y Saúl quien se encuentra sin trabajo formal, comenzó a reconstruir el salón ubicado en la zona de Las 5 esquinas en Alvear Oeste, distrito de General Alvear. Saúl estaba desmontando el techo y derrumbando paredes que fueron afectadas por el fuego cuando se encontró con el dinero.

El obrero encontró entre los escombros unos fajos de billetes y sin dudarlo un segundo corrió a llamar a don Calvo para darle la noticia y entregárselos en mano.

Esos ahorros que el comerciante pensó que se habían perdido en el infierno que se desató la madrugada del 4 de enero, sumaban $250.000.

Calvo agradeció el gesto y confesó que esto fue casi milagros. Es que el hombre se quedó sin nada y no sabía si iba a poder salir delante de nuevo. Ahora con esta inyección de capital ya puede pensar en encarar la reconstrucción.

De inmediato el hombre la agradeció la honestidad al trabajador y le ofreció un empleo para poder levantar el salón y la casa. El joven aceptó y hasta dijo que está conforme con la paga ofrecida.