La historia de los siete granaderos que custodian en Plaza de Mayo
En el 170 aniversario del fallecimiento de San Martín, el historiador, Martín Leguizamon contó una historia de fidelidad de los soldados al “Gran Capitán”.
Este lunes se conmemoró el aniversario 170 del fallecimiento de San Martín. En ese contexto, el historiador, Martín Leguizamon, contó una emotiva historia de fidelidad que protagonizaron 7 viejos granaderos. Los soldados del Padre de la Patria aparecieron para custodiar a su Jefe.
“Yo siempre le pregunto a mis alumnos porque hay 7 Granaderos en plaza de Mayo y nadie lo sabe responder”, comenzó diciendo el marplatense. Luego el profesor universitario, relató que en 1880 cuando la clase política necesitaba recuperar héroes, decidió repatriar el corazón del General. Entonces ocurrió un hecho que desencadenó una decisión del por entonces presidente Avellaneda sobre los Granaderos.
En 1850, el presidente Rivadavia prohibió a los Granaderos, mandó a quemar al cuartel en retiro, mandó pedir que el nombre de San Martín no se pida más. A esos 78 de esos granaderos de los originales, que compartieron en Lima y las demás contiendas por la independiencia, el presidente les dice que dejen todo. Ellos dejan sus sables, sus uniformes en Retiro, al grito “no queda ningún godo armado en tierra américana”. De ese grupo de soldados fieles a Don José, quedaron solo 7 que lograron escaparse.
“Después de 30 años, en 1880”, relató Leguizamon, en la inauguración del Mausoleo de San Martín en la Catedral de Buenos Aires, cuando sus restos eran trasladados, con soldados escoltando el féretro, aparecen los 7 Granaderos”. Más viejos y como 7 sombras, 7 fantasmas, los soldados fieles a su jefe aparecen con los uniformes raidos, los sables rotos y el caballo cansado.
En momento determinado y, ante el asombro de todos los presentes en las tribunas, entre ellos Mitre y Sarmiento, los leales Granaderos le piden al por entonces presidente Avellaneda poder acompañar al General San Martín. El primer mandatario accede y pasan toda la noche custodiándolo.
“Al otro día”, continuó el historiador marplatense, “Avellaneda nombró como escolta oficial de la presidencia a estos Granaderos que iban a estar entre Casa Rosada y el Mausoleo de San Martín. También, la máxima autoridad de los argentinos, le devuelve los honores al Cuerpo de Regimiento de Granaderos a Caballo que había sido negado por 30 años", contó.
Por otro lado, el historiador rockero, manifestó porque encara la historia de esa manera: “Es más lindo perderse en ese Rock perdido de personas que sangraron, que creyeron en el amor y lloraron que un bronce que es duro y frio”, cerró el marplatense.