El pasado sábado 18 de enero, alrededor de las 4:00, se produjo un violento hecho que indignó a la gran mayoría de la población argentina. En ese día se produjo el asesinato del joven Fernando Báez Sosa, por parte de un grupo de amigos a la salida de un boliche de Villa Gesell, llamado Le Brique.

Este grupo de ocho rugbiers terminó con la vida de Sosa, luego de propinarle múltiples patadas y golpes de puño. Afortunadamente, este hecho pudo quedar documentado por las cámaras de seguridad de este establecimiento, por lo que se pudo identificar a los agresores. Se trataba de Máximo Thompsen, Ciro Pertossi, Blas Cinalli, Enzo Comelli, Ayrton Viollaz, Luciano Pertossi, Matías Benicelli y Lucas Pertossi.

Luego de ser identificados, estos asesinos fueron detenidos y trasladados a la Alcaidía La Plata N°3, en Melchor Romero, en donde cumplen prisión preventiva. En relación a este tema, el pasado martes 19 de mayo, el padre de Javier Thompsen, comentó como viven actualmente estos jóvenes.

Thompsen manifiesta que constantemente los internos de este establecimiento les gritan asesinos a estos ocho imputados, por lo que prefieren salir al patio lo menos posible, para evitar tener contacto con estos presos. Además, se informó que los rugbiers fueron divididos en dos grupos, pero cada vez que tienen la posibilidad se reúnen entre sí.

Se supo que dos de los jóvenes han sufrido periodos depresivos visibles, por lo que sus amigos los contuvieron para que pudieran superar estos episodios. Finalmente, al igual que la mayoría de los internos, los rugbiers no tienen el beneficio de poder poseer un teléfono celular, por lo que sólo pueden comunicarse con sus familiares una hora al día.

Ya que estos presuntos asesinos se encuentran cumpliendo prisión preventiva y los procedimientos judiciales culminarán cuando finalice esta pandemia, no se sabe a ciencia cierta cuánto tiempo estarán privados de su libertad estas ocho personas.