Una reciente investigación liderada por científicos del CONICET encendió las alarmas: los mosquitos transmisores del dengue han desarrollado una mutación genética que los vuelve altamente resistentes a los insecticidas habitualmente utilizados para combatirlos. El hallazgo, que ya genera repercusión en redes sociales como X (ex Twitter), pone en jaque las estrategias de control actuales.

El estudio fue encabezado por especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de la Universidad Nacional de Salta, en colaboración con investigadores del Instituto Oswaldo Cruz de Brasil y la Fundación Mundo Sano. Para llevarlo a cabo, los científicos recolectaron huevos de Aedes aegypti en las localidades de Orán y Tartagal (Salta), Clorinda (Formosa) y Puerto Iguazú (Misiones).

Los huevos recolectados fueron criados bajo estrictas medidas de bioseguridad hasta alcanzar su etapa adulta. Fue entonces cuando los investigadores detectaron una preocupante resistencia a los insecticidas del grupo de los piretroides, incluso a dosis hasta diez veces superiores a las usuales.

“Comprobamos que todas las poblaciones evaluadas tenían una elevada resistencia a piretroides cuando los exponíamos a dosis normalmente letales. Evaluamos hasta 10 veces las dosis y los mosquitos seguían siendo resistentes”, explicó Laura Harburguer, directora del estudio.

Durante los bioensayos toxicológicos también se identificó por primera vez en Argentina la mutación genética V410L, asociada a la resistencia a los insecticidas. Esta mutación se detectó junto a otras ya conocidas como F1534C y V1016I, lo que refuerza la hipótesis de que existe una combinación genética que confiere una alta capacidad de supervivencia a los vectores del dengue frente a los productos químicos utilizados para su eliminación.

La presencia de estas tres mutaciones genéticas se expresa en la mayoría de los individuos resistentes”, detalló Harburguer.

A pesar del complejo escenario, los investigadores no descartan soluciones a corto plazo. En el mismo estudio evaluaron la eficacia de otras sustancias y detectaron que todas las poblaciones analizadas eran susceptibles al pirimifosmetil, un compuesto que podría representar una nueva herramienta para combatir al mosquito transmisor.

“Tuvieron 100% de mortalidad frente a este compuesto”, confirmó Harburguer.

El hallazgo resulta clave en momentos donde el dengue afecta a miles de personas en todo el país. Los primeros casos en Argentina datan de 1998, y el crecimiento sostenido de contagios obliga a rediseñar estrategias de control vectorial.