Se trata de Fray Mamerto Esquiu quien nació en 1826. Este hombre sirvió a Dios y al pueblo. Sus dos bases fueron la biblia y la Constitución de 1853 por ello es que pasó a la historia. Pero sus hazañas no quedaron ahí, sino que aún fallecido siguió trascendiendo. Es por ello que en la jornada de este sábado la población catamarqueña celebró la beatificación del hombre que veneraron y respetan por sus valores y mensajes. 

Su vida inicial fue en la provincia de Catamarca, pero su salud fue tan frágil y fue encomendado a san Francisco de Asís. De este modo su madre prometió vestirlo con el sayal franciscano durante un periodo de su vida. Este hábito fue el que usó el resto de su vida.

Ya en 1836 ingresó al noviciado del convento franciscano catamarqueño y al cumplir 22 años se ordenó sacerdote. Su primera misa la celebró en 1849. Desde ahí los fieles observaron que era un gran orador. Es por ello que tomaron gran fama a tal punto que el Gobernador Pedro José Segura le solicitó que oficie el Te Deum del 9 de julio de 1853.

 Si bien muchos pensaron que este religioso se opondría a la  constitución, por ser esta liberal y promover la libertad de cultos, en uno de sus sermones felicitó por la sanción de una constitución que traería nuevamente la paz interna.

Su trayectoria fue aumentando en la política y en la religión a tal punto que le propusieron ser obispo de San Juan y luego de Paraná, pero no aceptó. Luego de años en que quiso llevar una vida tranquila en Bolivia, recién recibió el nombramiento para el arzobispado de Buenos Aires. Esto fue en 1872. Pero no acepto y se fue a Perú y después a Guayaquil.

Luego de idas y vueltas, y varios viajes fue consagrado obispo de Córdoba el día 12 de diciembre de 1880, y tomó posesión de su sede episcopal el día 16 de enero del año siguiente.

En 1883 fallece producto de una dura enfermedad, rodeado por la pobreza que siempre abrazó y de los pobres que siempre defendió y amó.

Cabe decir que para llegar a la beatificación y posterior canonización, como el caso de fray Mamerto, la Iglesia lo considerará un ejemplo por vivir las virtudes cristianas en grado heroico. Fray Mamerto Esquiú fue un hombre de su época comprometido con su realidad política, social y eclesiástica

Cabe mencionar una clara diferencia entre beato y santo. Sucede que se considera beato a quien es venerado de manera local bajo permiso del papa. Sin embargo el santo lo es por toda la iglesia por decreto del sumo pontífice.