En la provincia del Chaco, un escalofriante suceso  recayó sobre la familia de Romina Ludmila Kabran, una mujer de 30 años. Ella salió de su hogar el miércoles por la mañana con destino a visitar a su hermano, pero nunca llegó. Su cuerpo fue encontrado sin vida el jueves por la tarde en un campo familiar, a 23 kilómetros de la ciudad, con un disparo en la cabeza.

La desaparición de Romina desató una búsqueda frenética por parte de sus seres queridos y las autoridades locales. El hallazgo de su motocicleta abandonada en el campo, junto con su cuerpo entre las malezas del denso bosque, marcó el inicio de una investigación que ha dejado perpleja a la comunidad.

Según fuentes policiales, en el lugar del macabro hallazgo se encontraron dos vainas que corresponden a una pistola calibre 9 milímetros, lo que sugiere un acto de violencia premeditado. Sin embargo, las autoridades descartaron de entrada la posibilidad de un crimen por motivos sentimentales, ya que la pareja de Romina no contaba con antecedentes de violencia de género ni denuncias previas.

El jefe de policía, Fernando Romero, ha señalado que el móvil del crimen podría estar relacionado con asuntos familiares, específicamente problemas relacionados con la herencia, dado que el campo donde se encontró el cuerpo pertenece al padre de la víctima.

La fiscal Liliana Luppi lidera la investigación, que ha sido catalogada como "supuesto homicidio con arma de fuego". Las autoridades continuarán rastrillando el campo en busca de más evidencia que arroje luz sobre este crimen atroz.

El Gabinete Científico ha recolectado muestras de ADN de la moto de la víctima y de dos trozos de tela blanca encontrados en el lugar. Además, la mochila hallada será sometida a peritaje judicial. El cuerpo de Romina ha sido enviado al Instituto de Medicina y Ciencias Forenses para realizar pruebas científicas, tras las cuales se llevará a cabo la autopsia en la morgue de Sáenz Peña.