A partir de una resolución emitida en el Boletín Oficial por la ministra de Saud, Carla Vizzotti, se sumó una segunda dosis obligatoria contra la varicela. La enfermedad constituye un importante problema de salud pública y tiene repercusiones socio-económica.

El Ministerio de Salud fundamentó esta decisión expresando que “la varicela es una de las enfermedades infecto-contagiosas más frecuentes durante la infancia, afectando especialmente a niños y niñas en edad preescolar y escolar, y continúa siendo una de las principales enfermedades exantemáticas de la infancia en nuestro país”.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud el objetivo de reducir la carga de la enfermedad, con especial impacto en la morbimortalidad de los grupos más vulnerables, depende de alcanzar coberturas de vacunación elevadas y sostenidas en el tiempo. En relación a los números del país, desde la implementación de la vacunación contra la varicela solo en el año 2018 superó el anhelado 80% de vacunación.

El documento explica que antes de la introducción de la vacuna al Calendario Nacional con esquema de dosis única a los 15 días de vida, los casos de varicela oscilaban entre 350.000 a 400.000 anuales. De los cuales se notificaban 150.000-180.000 casos al año, tasas de hospitalización de uno a dos casos cada 1000 enfermos en niños y 14 a 18 casos por cada 1000 enfermos en adultos. También se informó que la letalidad es de 0,6-1 cada 100.000 enfermos y se registraban entre 15 y 25 decesos al año por esta misma causa.

Si bien suele ser considerada una enfermedad benigna de la infancia, su evolución en niñas y niños no se encuentra exenta de posibles complicaciones y puede tener una evolución complicada o grave al afectar a otras poblaciones susceptibles de alto riesgo como adultos, embarazadas, personas inmunosuprimidas o con determinadas enfermedades subyacentes.