Terrorífico: la madrastra de Morena confesó que la violó y mató
La mujer llamada María Ludueña reconoció el crimen en su indagatoria y ahora preparan su condena.
El pasado martes fue un llamado al 911 el que alertó a la policía que en una casa sobre la Calle 16 al 100, en la localidad de Lima, partido bonaerense de Zárate, había una adolescente desvanecida que no respiraba. Luego de que los oficiales llegaran dieron cuenta que se trataba de Morena Nazareth Lavin Vergara, de 13 años. Los médicos del Sistema de Emergencias Municipal (SEMU) de Zárate intentaron reanimarla, ella ya estaba muerta.
El cuerpo de Morena presentaba a simple vista golpes, cortes y quemaduras en varias partes. En ese momento, tanto el padre como su madrastra señalaron que la joven se autoflagelaba y que cuando le avisaron que se iba a vivir con su mamá supuestamente tomó un cóctel de pastillas para quitarse la vida. Sin embargo la autopsia reveló otra cosa.
Los forenses mencionaron que Morena tuvo una muerte traumática. A ello detallaron que la niña había sido golpeada y tenía una hemorragia externa. También se descubrieron lesiones compatibles con una violación. Por tal motivo es que el fiscal ordenó la detención de los dos adultos que estaban a cargo de su cuidado, es decir, el papá biológico de Morena, Pablo Lavin, y su pareja, María Ludueña. Ambos fueron indagados por los delitos de homicidio agravado por el vínculo y abuso sexual agravado.
En el caso de Ludueña, fuentes del caso señalaron que ella reconoció su culpa de forma completa, sin incriminar a su marido. Los aterradores detalles que brindó en la indagatoria mencionan que ella golpeó a Morena con “un palo”, que luego incendió. Todo esto habría sido porque la menor se había orinado en su cama el día. Otro de los datos que brindó es que usó el objeto contundente para golpearla en la zona genital. Sin embargo esta no fue la primera vez que ejercía tal violencia. La madrastra reconoció algo insólito. Ella le tenía celos de Morena ya que Lavin tenía “un favoritismo” por ella, en vez de la hija que los dos acusados tenían en común. Ludueña aseveró que la había azotado en ocasiones anteriores por diversos motivos.
Por otro lado, el padre de la menor, se limitó a asegurar que no estaba en la casa al momento del crimen. A pesar de ello, el hombre admitió que su mujer le reconoció el crimen y que reconoció que le introdujo “el palo” a Morena en sus zonas íntimas. Las heridas que Morena tenía en su cuerpo son compatibles con el relato de Ludueña.