Puerto Deseado, una tranquila ciudad en Santa Cruz, se vio conmocionada en el 2020 por uno de los crímenes y abusos sexuales más atroces de los últimos años. María Alcoba, acompañada de su hijo Santino Subelza, vivió una tarde que cambió sus vidas para siempre al ser atacados por dos individuos, Omar Alvarado y Javier Machado, en la Cueva de los Leones.

Lo que comenzó como un paseo familiar se tornó en pesadilla cuando María y Santino fueron amenazados con un cuchillo y llevados a una de las cuevas. Después de robarles, Alvarado abusó de María y posteriormente, de forma brutal, la atacó con una piedra mientras su hijo observaba. Santino fue asesinado a golpes y arrojado por un acantilado en Punta Cavendish.

Aunque la marea no cumplió con las expectativas de los criminales para ocultar el cuerpo de Santino, la tragedia ya estaba consumada. María, sobreviviente del ataque, emprendió la búsqueda desesperada de su hijo, encontrándose con vecinos que la asistieron y llamaron a la Policía.

Alvarado fue detenido dos días después, pero la investigación reveló detalles aún más perturbadores. Rosalía, la hermana de Alvarado, lo acusó de intentar matar a su propio hijo un mes antes en el mismo lugar. El segundo sospechoso, Javier Machado, fue identificado por María y confesó su participación en el crimen.

El caso tomó un giro impactante cuando Alvarado se suicidó en la Comisaría 4ª de Caleta Olivia, dejando a Machado como único imputado. En septiembre de 2021, Machado fue condenado por coautoría en el homicidio de Santino y participación necesaria en el abuso sexual de María.

Este año, la Justicia confirmó una condena de 15 años para Machado, quien cumple su pena en la Unidad Penitenciaria 15 de Río Gallegos. María Alcoba, víctima de este trágico suceso, prefiere no hablar en profundidad en este momento, siguiendo el consejo de su psiquiatra.