Después de la controversia que se generó alrededor de los aumentos de sueldo en el Congreso, y en medio del debate por la Ley Bases y el Paquete Fiscal, los senadores recibieron la noticia de que sus dietas volverían a subir a partir de junio. Sin embargo, menos de doce horas después dieron marcha atras.

Con la suba, del 9,14% (2% retroactivo a abril y 7% de mayo), los 72 integrantes de la Cámara alta iban a pasar a cobrar 8 millones de pesos brutos y más de 5 millones de pesos netos (en mano). El aumento sería producto de un mecanismo que ata los ingresos de los senadores a la paritaria de los empleados del Congreso Nacional.

Retrocediendo un poco, a mediados de abril, en una votación a mano alzada, los senadores nacionales decidieron aumentar sus dietas desde el 1 de mayo de $1,9 millones a $7,2 millones (bruto). La medida generó una fuerte polémica, especialmente en el oficialismo. El propio presidente Javier Milei cuestionó la iniciativa desde sus redes sociales. “Así se mueve la casta”, escribió. Las críticas comenzaron a elevarse hasta llegar a la vice Victoria Villarruel, presidenta del Senado, que también se defendió en sus redes sociales y aclaró que no está dentro de sus facultades poder impedir esa votación.

Ahora, algo similar ocurrió en la tarde de este miércoles, cuando los jefes de bloques se dirigieron al despacho de Victoria Villarruel para pedirle que de marcha atrás en el aumento de las dietas.

Finalmente, a través de En la nota, los jefes de bloque le piden a Villarruel que "no se modifique la dieta establecida mediante el régimen" vigente, "hasta tanto se determine un nuevo sistema de liquidación en función de los varios proyectos que se encuentran pendientes de tratamiento en relación a este asunto".

Firmaron la nota José Mayans y Juliana Di Tullio (UxP), Juan Carlos Romero (Unidad Federal), Eduardo Vischi (UCR), Carlos Espínola (Peronismo disidente), Carlos Arce (provinciales) y Ezequiel Atauche (LLA).