Un soldado fue víctima de un 'bautismo' y quedó parapléjico
Es la indignante historia de Michael Verón, un cabo que tras seis años en el regimiento de Infantería Monte 30, quien el 22 de julio rindió un examen buscando un ascenso y sus superiores, le cambiaron la vida para siempre, por una lesión medular. Porque lo que era una bienvenida, terminó siendo una pesadilla.
En la provincia de Misiones, un brutal "bautismo" militar dejó a un cabo llamado Michael Verón parapléjico. Después de seis años en el regimiento de infantería Monte 30, el chico rindió un examen en busca de un ascenso y el 8 de julio de 2022 sus superiores del Ejército lo lesionaron en su médula ósea, a modo de ‘bienvenida’. Actualmente, no puede mover las piernas, ni las manos.
Verón le contó al noticiero bonaerense Telenoche que, el festejo había sido planeado, pero no tuvo nada que ver con su idea de recibimiento. ‘Pensábamos que era un agasajo, compartir con los camaradas después de seis años en la unidad, con gente conocida’, comenzó y añadió, ‘apenas estuvo lista la comida, mis superiores les dijeron a los recién llegados que debían servirles como camareros. Cuando ese almuerzo terminó, comenzó la pesadilla de Michael y sus colegas.
‘Nos ordenaron tomar bebida alcohólica, nos dieron un hueso a cada uno y dijeron que no podíamos soltarlo hasta que termine la bienvenida’, recordó el cabo y agregó: ‘En el ejército te dan una orden y la orden se cumple’, contó el cabo parapléjico.
Después de hacerlos beber gran cantidad de alcohol, los obligaron a hacer cosas tremendas sin ninguna medida de seguridad: los marearon en una cancha de voley y les ordenaron que se tiren a la pileta semi vacía. Cada vez que terminaban una orden, debían continuar bebiendo.
‘La tercera vez que nos dijeron que nos metiéramos a la pileta no recuerdo si me empujaron porque caí de una forma muy mal que me lesionó la médula y me cambió la vida’, señaló Verón que le suplicó a su superior asistencia médica y la respuesta que recibió fue ‘sos un tierno, volvé a la pileta’. Sin embargo, no podía porque la lesión ya era un hecho y no le permitía levantarse del piso. Estuvo seis horas sin ningún tipo de asistencia médica a pesar del dolor.
La víctima del bautismo siniestro se despertó luego de 21 días internado. Cuando abrió los ojos no podía mover ni piernas ni brazos. ‘Estaba todo intubado, no sabía qué día era’, rememoró y agregó: ‘Imaginate despertarte y no poder levantar los brazos, pensé que era un sueño pero no, era la realidad’.
Por el brutal caso hay ocho militares imputados por la Justicia Federal, a cuatro de ellos se lo dio de baja y al resto se le impusieron sanciones militares. El deseo de Verón es que ‘esto se termine. Que no haya más rituales que son negligencia por parte del personal del Ejército’. Además, pidió Justicia por él y tantos otros que debieron pasar por situaciones similares.
“Yo sé que las piernas nadie me las va a devolver, esto no se lo deseo a nadie. Dios me dio otra oportunidad y por eso estoy acá presente. Quiero disfrutar de mi familia y seguir trabajando para superarme y lograr la mayor independencia”, cerró.