Blas Cinalli, uno de los ocho rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Sosa, tendría un nuevo letrado que lo va a representar como defensor en el marco del juicio que se lleva adelante en Dolores. Con esto, creen que podría romperse el pacto de silencio al quebrarse la unión en la defensa de los ocho acusados. Aún se desconoce cuál podría ser su estrategia nueva.

Hasta el momento, vale recordar que ninguno de los 47 testigos que pasó a declarar por el juicio reconoció a Blas Cinalli en el escenario donde ocurrió el asesinato.  Aunque se encontró ADN suyo debajo de las uñas de Báez Sosa.

Por el momento la incógnita pasa por saber si alguno de los otros acusados también cambia su estrategia y abandona la defensa encabezada por el abogado Hugo Tomei.

En la jornada del martes  declararon dos peritos que señalaron una prueba que puede ser clave en la causa, al resaltar que Báez Sosa tenía una marca de 6 centímetros en el mentón que es compatible con la zapatilla de Máximo Thomsen.

Haydeé Almirón, jefa del Laboratorio Científico de la Policía Federal en Mar del Plata, confirmó que de acuerdo a otra pericia comparativa scopométrica realizada a fines de mayo de 2020, se determinó que "la plantilla que pertenece al ciudadano Máximo Thomsen se corresponde a la huella en el maxilar inferior izquierdo". Un nuevo indicio que lo complica en la causa por el crimen.