El caso por la herida de bala sufrida por Santiago Chano Moreno Carpentier, sigue dando que hablar mientras el músico sigue internado con pronóstico reservado en el sanatorio Otamendi, luego de que un agente de policía le disparara en medio de un brote psicótico producto de sus adicciones.

Ahora se conoció el testimonio de la policía Vanesa Flores quien estuvo a pocos metros de su compañero Facundo Amendolara, cuando disparó contra el músico que lo amenazó con un cuchillo y fue imputado por lesiones gravísimas con una pena entre tres y 15 años de prisión.

“¡Te voy a matar! ¿Por qué me disparaste? No me toques, me duele la espalda”, gritó Chano apenas recibió el disparo en manos del joven agente.

Flores declaró este lunes ante el fiscal Martín Zocca, funcionario de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIyJ) de Zárate-Campana y dio detalles del día cuando llegó con sus compañeros Amendolara y el oficial Mariano Giaccio al Barrio Parque La Verdad, en Capilla del Señor, en Exaltación de la Cruz, ante el llamado de Marina Charpentier por su hijo fuera de sí.

La mujer relató que con la autorización de la madre de Chano, la policía, el psiquiatra y el chofer de la ambulancia entraron al domicilio y le pidieron al artista que depusiera su actitud.

Moreno Charpentier al verlos ingresar exigió que se fueran todos porque no tenían orden de allanamiento. Luego de eso fue hasta la cocina en donde se escuchó ruido de cubiertos y se presumió que había tomado un cuchillo que guardaba en el bolsillo de su campera.

 “Con la mano izquierda nos hacía señas para que nos fuéramos. Decía que no teníamos orden de allanamiento y que nos iba a matar. Giaccio le explicó que queríamos hablar tranquilos con él. La madre, desde la esquina de la casa, le dijo: ´¡Calmate, Chano!”. Al escuchar a su madre, se puso más agresivo y sacó un cuchillo del bolsillo derecho de la campera y nos empezó a amenazar a todos”, dijo la testigo.

Cuando Chano sacó el cuchillo todos se alejaron pero Charpentier comenzó a cercarse a Flores, quien le solicitó que se calmara. A esa altura el agente ya había desfundado su arma y apuntaba hacia abajo, en 45 grados “porque no estaba tan cerca”.

“En un momento, Chano se acercó a la puerta y lo vio a Amendolara. Con la cuchilla en la mano se fue corriendo hacia él al grito de ´te voy a matar´. Amendolara retrocedía sin dejar de mirar a Chano y le pedía que tirara el cuchillo. Con el arma reglamentaria en la mano, a una distancia de un metro y medio o dos metros disparó. Chano, aún caído en el piso, seguía agresivo y gritaba: “¡Te voy a matar! ¿Por qué me disparaste? No me toques, me duele la espalda, recordó Flores.