En las últimas horas, en las redes sociales y en los medios de comunicación comenzó a viralizarse el descargo realizado por Manuel Lozano, el presidente de la Fundación Sí a Nicolás Márquez, el biógrafo de Javier Milei por sus declaraciones homofóbicas.

El escritor no dudó en tildar de "insanos" a personas homosexuales durante una entrevista radial. Frente a estos dichos, Lozano usó el aire de "Perros de la calle" en Urbana Play para contestar a Márquez: "No voy a discutir con Nicolás, porque no los conozco", afirmó. Pero luego, desde su experiencia personal, compartió una historia que conmovió a muchos.

El influencer comenzó recordando su infancia, los momentos de bullying, la reacción de sus padres al conocer su elección y un psicólogo al que recordó por su terrible tratamiento para intentar "curarlo".

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“¿Somos una población con mayor tasa de suicidio? Puede ser. Es probable. Pero no porque seamos insanos, sino porque discursos como el tuyo -Nicolás- nos enseñaron que no somos valiosos y que éramos la escoria de esta sociedad. ¿Sabías que hay muchas personas homosexuales que sufrimos nosofobia?”, cuestionó, interpelando una vez más al escritor que la semana pasada sostuvo que los homosexuales tenían “14 veces mayor propensión al suicidio”, dijo Manuel en una parte de su duro relato.

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“Nos enseñaron que no nos merecíamos que nos quieran. Yo no te conozco, Nicolás. No te juzgo. Inclusive te diría que hasta puedo entenderte, algo que me enseñó la fundación es a intentar entender cada una de las formas de pensar. Porque además, si yo que soy homosexual, que lo vivo, que lo siento, alguna vez pensé igual que vos, entiendo que no puedas entenderlo”, manifestó.

“Tampoco voy a pedirte que cambies de opinión porque no sé si es mi rol, pero sí te quiero pedir empatía, amor y sobre todo la responsabilidad que tenemos todos los que tenemos el privilegio de tener un micrófono adelante porque uno nunca sabe quién está escuchando. Y por eso elegí decir esto hoy”, aclaró Lozano.

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Para cerrar, Manuel expresó: Perdón por Tomás, que es un chico trans que vivía en la residencia de Córdoba y en diciembre se quitó la vida porque el dolor era demasiado. Por Fernando, que se presentó al proceso de selección y antes de oírse, nos quiso decir que era homosexual porque tenía miedo que esa sea la razón por la que lo dejemos afuera. Por Agostina, que hoy está estudiando en la residencia, pero se autolesiona porque cree que no vale demasiado. Por el pibe que me enamoré, que nunca pudo darme un beso, porque no se anima a salir del armario, porque tiembla de miedo. Por Fito, un señor que me crucé el otro día, que tiene 62 años y recién a los 62 se animó a besar a un hombre”.

Quiero decirles que yo soy tremendamente feliz, que tengo 39 años, que amo profundamente lo que hago, que amo profundamente quién soy. Por eso estoy leyendo esto y que duermo poco porque amo profundamente la vida y quiero vivirla al máximo”, concluyó.