Este martes 30 de noviembre comenzó en Brasil, el juicio contra Juan Darthés, acusado de estupro agravado contra Thelma Fardín cuando realizaban la gira de “Patito Feo” por Nicaragua.

El proceso legal se inició de oficio  y la sentencia podría estar a fines del 2021 o comienzos del 2022. Fue la actriz quien denunció lo ocurrido durante la gira de la popular historia de adolescentes y la investigación terminó en el procesamiento por violación agravada.

Enterado de lo que se venía, Darthés se fue a Brasil y se refugió en su país que no permite la extradición de sus ciudadanos. Fernando Burlando es su abogado en nuestro país.

En la primera jornada, Fardin inició su declaración a las 16:30 y el tiempo se extendió por la estrategia de los abogados del actor, quienes interpusieron varios recursos pero todos fueron rechazados por el juez.

El juicio es histórico porque la denuncia de Thelma Fardin es el caso más resonante de violencia sexual en la producción audiovisual latinoamericana. La joven tenía apenas 16 años y Darthés 45.

Durante este miércoles 1 de diciembre, declarará Thelma Fardin junto a los testigos citados entra las que se encuentran las mediáticas Calu Rivero y Anita Co.

La causa no puede difundirse ni tener publicidad tanto de los nombres del magistrado y el fiscal por una normativa propia de Brasil para estos casos.

El juicio se desarrolla en San Pablo, pero por la pandemia se decidió que las declaraciones no sean presenciales, sino vía virtual en una sala especial que puso a disposición la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) para poder realizar las declaratorias.

Las víctimas no pueden estar acompañadas ni de sus abogadas/os, ni de sus psicólogas u otros familiares. Los testimonios se toman a solas y tampoco puede ser abierta a la prensa por disposición de la justicia brasileña que no permite la publicidad en casos de violencia sexual.

El juicio es en Brasil porque Darthés es ciudadano brasileño y se escapó a ese país después de la denuncia de Thelma. En Argentina existe la extradición y era previsible que, ante el alerta roja de Interpol, hubiera sido extraditado a la justicia nicaragüense.

La acusación de la fiscalía se basa en los artículos 213, 223 y 226 del Código Penal brasileño. Los delitos de los que se lo acusa son estupro (tener acceso carnal con una mujer mediante violencia o grave amenaza), con una pena prevista de seis a diez años de prisión.