Más linda y joven que nunca, la actriz y bailarina disfruta a pleno la convocatoria del afamado director Cesc Gay con quien está filmando una película. En un receso volvió a la Argentina y organizó un viaje, junto a su hija Margarita –fruto de la relación con Adrián Suar- y unos amigos en Brasil.

A los 41 años de edad se considera una romántica empedernida y sobre sí misma dijo: “Cuando tengo la mirada de un hombre me quedo ahí. Soy honesta. La pasión no la divido. Y si miro hacia otro lado es para irme a la mierda. La fidelidad es tema demasiado superficial ¿Qué es ser fiel a otro? ¿No mentirle? ¿No enamorarse de alguien más? ¿No tener sexo con más personas?... El concepto de infidelidad fue haciéndose más grande que el de libertad, por ejemplo. Algo de lo que no se habla”, argumentó Siciliani.

Consultada sobre nuevos amores la actriz dijo: No le estoy dando demasiada oportunidad al amor. No sé si soy egoísta o vaga, pero mi soledad, o mejor dicho mi vida familiar es de una belleza tan sofisticada, de tanto privilegio que no me hace falta nada más. Soy de raje rápido… nada me convence. Si alguien me gusta, que se sienta halagado. Ahora como buena caprichosa en cuestiones de deseo, si alguien me vuelve loca no evalúo circunstancias ni consecuencias…”, agregó.

Para terminar, negó saber sobre levante y dijo: Lo de uy ese me gusta, voy a levantármelo no sé cómo se hace y ni me animaría. Pero sí soy más conquistadora en un vínculo en el que hay cierto conocimiento, como con el casting ya hecho… Ahí voy por todo. El amor o el enamoramiento o el encantamiento, para bajarle un poco el precio, siempre apareció irrumpiendo en mi vida”, concluyó Griselda.

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