Un sanjuanino reconocido por la NASA contó cómo el hombre avanzó en el descubrimiento del espacio
Históricamente el hombre sintió curiosidad por lo que lo rodea y eso lo llevó a indagar sobre el espacio. Un especialista contó cómo avanzó en ese estudio.
Visitó el programa Evolución Humana, el licenciado en astronomía Carlos López. Él es un reconocido investigador del Cosmos, inclusive porta con un reconocimiento especial de la NASA. Además de ser profesor jubilado de la Universidad Nacional de San Juan.
En comunicación con el periodista Ernesto Lloveras, habló de la evolución de los distintos modos de observar a las estrellas desde Hiparco 50 A.C; a los modernos telescopios que se utilizan en la actualidad. También, contó una experiencia que lo marcó como profesional, observando el firmamento desde el suelo sanjuanino.
Estamos con el licenciado Carlos López. Vamos a ver como el ojo, al principio era el instrumento que teníamos para observar el cielo y desde allí hacer investigaciones, estudiar. El inicio de la astronomía hasta llegar a crear el telescopio y complementar al ojo con ese instrumento.
-Vamos a darle la bienvenida a Carlos López, que ya se encuentra con nosotros ¿cómo anda?
-Bien, bien.
-Bueno, Carlos es licenciado en astronomía por la Universidad Nacional de Córdoba, profesor titular concursado, investigador del Departamento de Astronomía de la Universidad de Yale. Tuvo una relación con esta universidad y en Space Telescope, representante legal del laboratorio de Yale. Astrónomo visitante en diferentes ciudades del mundo, por ejemplo, en Moscú.
Profesor de la cátedra astronomía general en la licenciatura acá en San Juan. Distinguido por la NASA, que ya vamos a hablar, por la contribución al sistema de referencias de telescopios. Incluso designaron un asteroide con su nombre, todo lo vamos a hablar en unos minutos.
-Pero queríamos en esta oportunidad, que nos lleves al pasado para ver cómo la ciencia fue permanentemente evolucionando. A veces un paso atrás, a veces dos adelante pero siempre en avance.
-Al principio antes el hombre, sólo tenía el ojo para admirar el cielo, la noche, sin interferencias, sin contaminación lumínica.
Si, el ojo fue el primer instrumento y hoy podríamos decir, ¿qué se puede hacer con un ojo?, sin embargo, la cantidad de contribuciones que se efectuaron en la época pre telescópica, que recordemos, inició en el 1609, años antes, siglos antes la cantidad de contribuciones fueron maravillosas.
Para mí, el que hay que mencionar si o si en este caso, es Hiparco. Vivió 150 años antes de Cristo y logró hacer determinaciones muy buenas. Descubrió algunos movimientos irregulares que tiene la Tierra, por ejemplo, la precisión, observando estrellas. Como no tenía telescopio, lo que hacía fue poner cuerdas en el piso, con estacas. Las corría, medía ángulos y descubrió la precisión, nada más y nada menos que eso.
La precisión, es ese movimiento tan irregular que tiene la Tierra, el valor que él determinó y esto es lo que siempre le comenté a mis alumnos, cuando daba clases ya estoy jubilado
-La ciencia no se jubila.
-Pero los que hacemos si (risas). El valor que él determinó es de 36 segundos diarios, independientemente de las unidades el número 36. Bueno, hoy sabemos después de toda la tecnología que tenemos, con satélites, etcétera, etcétera es que el calor es 50. Excelente.
-Aprovecho para preguntarte algo que siempre me llamó la atención, con respecto a otras culturas que son las indígenas. En México, los Mayas, los Aztecas, más arriba los Incas en Perú, siempre sus momentos tienen algo que ver con el sol, la luna.
-Tenían observadores, astrónomos, de hecho, una especie de observatorio, al que lo llaman Caracol en México. Se decía que tenían ese monumento antiquísimo, para poder ver el cielo sin elementos, Miraban desde allí el cielo porque de acuerdo a los orificios, las ventanas, las aberturas que tenía ese Caracol, era cómo podían observar en diferentes épocas del año los astros.
Si, eso es relativamente sencillo de lograr, por supuesto no quito mérito a lo que hicieron. Pero bueno las distintas culturas y civilizaciones siempre sintieron adoración por el sol y por la luna. Sin dudas que el sol por su brillantez, hoy lo hubiésemos extrañado bastante, de hecho, hoy lo extrañamos bastante en San Juan. Entonces, el dedicarle monumentos o depender muchísimo de sus movimientos a lo largo de los años.
Por otro lado, los egipcios que orientaron sus pirámides.
Orión.
Orientar a través de las estrellas, no es un imposible se puede lograr. Otra contribución más, el diámetro de la Tierra, Eratóstenes logró una tremenda precisión.
-Caminando y con palos.
-Caminando y con palos, más aún haciendo una perforación, un pozo para lograr los rayos del Sol. En el fondo del pozo midió un ángulo y con ese ángulo él dijo es tanto y la verdad es que estuvo muy cerca del parámetro que conocemos hoy.
-Por supuesto cuando llega el telescopio, con Galileo en 1609. Él lo empezó a usar en la astronomía. La historia que por lo menos conozco yo, es que en realidad empezó como un juego de niños, esto de disponer lentes y finalmente se dio cuenta de que si también jugaba con esas lentes podía ver detalles en la luna. Descubre los satélites galileanos, las cuatro lunas de las noventa y algo que tiene Júpiter y empieza la astronomía a evolucionar de otra manera. ¿por qué?, porque ahora tiene un instrumento que le permite ver detalles. Pero el elemento detector siguió siendo el ojo.
Galileo observaba, si hacía excelentes observaciones, pero él observaba con su ojo y hacía dibujos, o sea que la manera ahora de registrarlo era dibujando. Galileo hizo observaciones del sol, tal vez y esto es interpretación mía, tal vez por eso el muere prácticamente ciego. Él estaba observando el sol con un telescopio, cosa que jamás debemos hacer.
Ese periodo de telescopio más ojo, va desde 1609 hasta fines del Siglo XIX. En el 1887 hubo una reunión en Paris, en el observatorio de esa ciudad, proponiéndole a la comunidad astronómica internacional la realización de lo que se llamó un catálogo astrográfico. Para fotografiar todo el cielo, desde el Polo Norte hasta el Polo sur. Participaron muchos observatorios, participó el observatorio de Córdoba, entre otros.
-El que fundó Sarmiento.
-El que fundó Sarmiento, sí, sí, sí. Y ahí hay una cosa que es muy interesante, de sí la astronomía como ciencia y demás, pero se nutre de telescopios y aparece la placa fotográfica. Y ese primer paso en la fabricación de telescopios más la placa fotográfica lo empieza a dominar Francia. Y ahí prácticamente los observatorios que querían participar de ese mega proyecto de catálogo astrográfico le tenían que comprar a Francia el telescopio y las placas fotográficas. Estados Unidos participó en la reunión, pero medio que lo dejaron de lado.
Una provocación.
De todas maneras, hacerle eso a Estados Unidos no es gratis. Estados Unidos empezó a desarrollar placas fotográficas para usar únicamente por telescopios.
Por lo tanto, este negocio que vieron los franceses, duró poco. Y ya prácticamente cualquier telescopio podía tomar placas fotográficas, al punto en que, en la producción de placas fotográficas para uso astronómico, hubo una sola empresa que fabricaba ese elemento que creo que se la puede mencionar porque ya no existe, era Kodak. Y bueno, era la placa fotográfica que fue el elemento detector por excelencia, de más o menos 1887 hasta 1995, que ya empieza a decaer.
Hacia los 80, principios de los 80, empiezan a aparecer los detectores electrónicos, las famosas cámaras SD que hoy tienen los celulares. Se empiezan a usar en astronomía que, en realidad, el desarrollo tecnológico, fue un desarrollo militar de Estados Unidos. Pero se vio la aplicación que podía tener en la astronomía y es así como hoy nadie usa una placa fotográfica para un estudio astronómico, en primer lugar, por qué dejaron de fabricarse hace varios años.
Acá en el caso particular de la estación astronómica Carlos U. Cesco, la placa fotográfica, se estuvo utilizando hasta febrero del año 2000. En marzo del 2000, pude participar de esa transformación. En el telescopio astrográfico doble, se desmontó toda la placa fotográfica y se reemplazó por cámaras SD, cámaras electrónicas y a partir de ahí se continuó con la información utilizando este tipo de detectores.
Las placas fotográficas siguen existiendo, es decir las que se expusieron y hoy son una fuente de información muy importante. Porque las fotografías en la astronomía, congelan el tiempo. Permiten ver el cielo en ese instante, así estaba la disposición de estrellas en ese momento, los elementos que fueron registrados en la placa fotográfica.
Por lo tanto, nos permite de una manera ver donde estaba tal o cual estrella hace cincuenta años, cien años. En algunos casos, hay placas fotográficas muy importantes que se tomaron en Córdoba a principios del Siglo XX, 1920, 1915 por ahí de cúmulos de estrellas y hoy es un material buenísimo porque nos permite estudiar los desplazamientos que han tenido las estrellas desde ese tiempo.
De todas maneras, con las misiones espaciales, entre ellas el mismo telescopio espacial y otros satélites más enfocados o dedicados a la posición de las estrellas y el cambio de esa posición con el tiempo. Las placas fotográficas están quedando un poco en el olvido, porque hay otra manera de conseguir esa información, brindando una cobertura muy buena en cuanto a calidad, como a cantidad sobre estrellas que se pueden observar.
Así, por ejemplo, en el en el catálogo astrográfico en 1887, la idea era, ‘a ver bueno, si logramos cincuenta mil, cien mil estrellas hoy eso es poquísimo. Para empezar a hablar de un catálogo astronómico de posición de estrellas, hoy tenemos que hablar de dos millones, cuatrocientos millones.
Para empezar.
El satélite Gaia de la agencia espacial europea, con lo que tiene en carpeta, digamos en observación, son mil millones y estamos hablando recién del diez por ciento de las estrellas de nuestra galaxia.
De nuestra galaxia.
Nada más.
Donde hay millones de galaxias.
Si, si, si, si.
Muchos dicen hay más de ellas que arenas en las playas de la Tierra. Y hay una persona que se tomó el trabajo de medir qué cantidad de hectáreas tenemos de playas en el mundo. Sacó un número y fue impresionante, llegó a la conclusión de que hay más estrellas que arena en las playas.
Hubo alguien que hizo la cuenta al revés, contó estrellas. Herschel…
Que fue descubridor de planetas.
Si, si, si, usando un gran telescopio, porque se fabricó uno de gran tamaño, con su elemento detector que fue su ojo, se propuso contar estrellas poniéndolas en un gráfico. De esa manera se dio cuenta de la forma de nuestra galaxia, dijo que parecía una lenteja de perfil.
Herschel fue uno de los que contó estrellas. Una, dos, tres, cuatro, diez mil y eso le permitió saber cual era la forma de nuestra galaxia.
Carlos, ¿qué opinión tiene de los terraplanistas? Que a veces hacen sus congresos, viajan por el mundo, leen sus bibliografías. Son personas de a veces, gran nivel intelectual y dicen que la tierra chata, plana.
No, para mi están totalmente errados. La Tierra es redonda, hay fotografías y filmaciones desde el espacio, eclipses, en fin.
Hay pruebas por todos lados.
Pero bueno, si son felices así, en hora buena.
¿Cambió la vida del astrónomo de aquella época romántica de mirar con el telescopio noches minadas?, por lo menos aquí en San Juan. Recuerdo haber conocido los equipos, los trajes que ustedes se ponían en la noche. Y bueno, ¿cómo es ahora la vida del observador?
Ahora no es necesario ir al telescopio, se puede observar desde la casa.
Con la máquina, con la computadora, ¿no perdió su encanto?
Es que, si estás haciendo astronomía profesional, porque estas siguiendo estrellas, queres descubrir algo y demás, la astronomía no es tan romántica.
En el momento de una observación, siguiendo algún proyecto de investigación específico, si usas un telescopio funcional, es un ruiderío bárbaro porque el telescopio tiene motores. Tiene un ruidito característico que se llama tracking.
Experiencias personales, de la estación CESCO, al telescopio uno llega a conocerle los diferentes sonidos que emiten los motores. Ese es el motor que me permite mover el telescopio de este a oeste. Y el otro es el que lo mueve del otro lado y demás.
Además, siempre presionado por el tiempo. Si bien tenemos el cielo todo el tiempo a disposición, desde el punto de vista instrumental no es tan así, porque el telescopio tiene zonas en las que se puede mover y hay zonas en las que conviene observar. Ya sea por una cuestión de absorción de la atmosfera, de refracción atmosférica, eso hace que lo mejor para las observaciones es que sean lo más alto posible, en el cenit.
Por otra parte, si yo quiero observar algo que está en el horizonte no me lo va a permitir, porque tiene una serie de switch o llaves de fin de carrera. Es decir, son posiciones prohibidas para el telescopio, porque ponen en riesgo el instrumento.
Es poner en riesgo el instrumento.
Exacto eso no se puede hacer, por lo tanto, en esa zona hay que esperar. Por ejemplo, querer observar la constelación del Escorpión en el mes de enero es imposible, porque el Escorpión es una constelación de invierno. Entonces habrá que esperar que llegue el invierno para poder observarla. Más allá de que hacia el final de las noches de febrero, la veamos en el horizonte del este a esa constelación, no es momento para observarla.
Quería preguntarte esto que decidió la Unión Astronómica Internacional, donde se designa un asteroide, el 3722 con el nombre Carlos Eduardo, es tu nombre.
Yo me llamo Carlos Eduardo, ¿Por qué fue la denominación del asteroide?
Bueno, no soy el único acá en San Juan que tiene su nombre en un asteroide. Que no se entere la dirección general de rentas, en una de esas me cobran (risas), en realidad fue sumamente un cariño al alma como se dice. La justificación es por mi contribución a la observación de asteroides en general, el trabajo que realicé acá en colaboración con el personal que trabajaba en el observatorio. Y al decir el personal del observatorio, no solamente me refiero sólo a los ayudantes que trabajan en la noche con el telescopio, sino también a las cocineras que nos hacían una rica comida y al personal de maestranza que es lo que hace que se mueva una institución.
Desde que yo llegué a San Juan, me incorporé a la Universidad Nacional de San Juan en marzo, en 1980 me dediqué bastante a la observación de asteroides y aparte del programa que teníamos de la Universidad de Yale y fue así como logramos determinar la posición de muchos asteroides.
Hubo una historia que no se si tengo tiempo de contarte, la Unión Astronómica Internacional, la comisión se dedica a la observación de los asteroides y había emitido lo que se llama una alerta internacional, es decir ‘hay necesidad de observar este asteroide esta noche’. Y en el observatorio CESCO íbamos a verlo, llegó el día y más nublado no podía estar, eran las tres de la tarde y estaba nublado, las seis de la tarde y estaba nublado, las nueve de la noche y estaba nublado y esa fue la noche que le vendí el alma al diablo y se despejó la noche (risas) y se hizo la medianoche más o menos que era la hora a la que más o menos podíamos empezar a ver el asteroide, un asteroide que se movía muchísimo. Jamás de los años que llevaba yo en el observatorio había visto un asteroide moverse así, con ese desplazamiento tan grande. Pudimos observarlo e informar sobre la observación del asteroide y en su posición. No es sólo la observación sino decir algo sobre como se está moviendo. Hicimos la observación en la noche mientras pudimos porque el asteroide se movía muy rápido hacia el Hemisferio Norte, procesamos toda la información que habíamos tenido y alrededor de las 9 de la mañana que seguía despejado mandamos toda esa información a este centro internacional que está en el estado de Massachusetts.
¿Y cuál fue la gran satisfacción?
Fuimos los únicos en el mundo, en observar ese asteroide esa noche.
¿Por qué había tanta preocupación por ver ese asteroide?
No había preocupación, pero pasaba cerca de la Tierra y se iban a hacer observaciones con radar desde California. Y para eso se requieren observaciones de unas horas previas a la observación, que sería entrar en detalles muy técnicos, pero bueno, nosotros lo logramos.
Muchas gracias Carlos por venir.
No, por favor muchas gracias.
No va a ser la última vez que te invitamos, porque queremos extraer todo tu conocimiento (risas). Con tus anécdotas, tus experiencias que son buenísimas, ya lo dejaremos para otro día. Es muy interesante para contarle a la audiencia.
Muchas gracias Ernesto.