¿Jueces y fiscales clientes de la estética?: habló la dueña de EROS
Patricia Coria se defendió ante el juez. Fue imputada por promover y facilitar la prostitución en su local y apuntó contra la denunciante. Su hija también quedó incriminada.
Patricia Coria, la dueña de la estética EROS, quedó imputada este miércoles por el delito de promoción y facilitación de la prostitución en su local. También su hija, Natalia Pablo, fue incriminada por el mismo delito.
En la audiencia, la empresaria se defendió de la denuncia que realizó una ex empleada de 19 años y aseguró que entre sus clientes figuran jueces y fiscales. ‘Yo he depilado muchos jueces y fiscales que se atienden hace años conmigo y que me conocen’, dijo durante su testimonio.
Coria negó el grave delito que le imputan por promover supuestamente la prostitución de sus empleadas. Además, dio su versión sobre el conflicto que tuvo con la denunciante, previo a que estallara el escándalo.
La acusada comentó que la chica le informó el pasado viernes que iba a renunciar. ‘Le dije que no hay ningún problema, ante esa actitud tan agresiva, nerviosa, sacada’, señaló.
‘El jueves faltaba dinero. Ella se fue muy nerviosa de la estética. Yo el viernes pago los sueldos, y ella me llama antes de retirarse y me dice que se sentía muy mal. Le dije que no había ningún problema que no se la obligaba a hacer nada, que ella hacia lo que quería. Ella manejaba aparatología y no lo hizo bien, a una clienta le ha dejado marcas’, comentó.
‘Ha estado muy nerviosa el viernes. La ha desestabilizado esta persona que la nombra con nombre y todo y dice que falta dinero en su billetera. Nos mandó el CBU por si le encontramos el dinero para que se lo retribuyamos. Obvio la única que estaba en el masaje ha sido ella’, aseguró.
Por otro lado, Coria señaló a la denunciante por sus supuestos comportamientos extraños en el trabajo. ‘Por ahí venía mal, llegaba agresiva le dolía el cuerpo, pedía tomar antinflamatorios. Ella siempre ha atendido con ambos de color rojo, desde que estaba en la recepción hasta que salía a comprar comida o a fumar a la puerta, que no fumaba cosas normales después me enteré’, comentó ante el juez Andrés Abelin.
Más adelante, la dueña del local comentó que la denunciante se había hecho dos piercings en sus pezones y se miraba siempre en los espejos de la planta baja.
‘Toda mi vida me he dedicado a esto. Más de uno de acá me conoce’, dijo Coria en presencia de los funcionarios judiciales y la prensa este miércoles en Tribunales.
En el mismo sentido, la hija de la esteticista, Natalia Pablo, también imputada en la causa, señaló como una persona ‘rara’ a la denunciante. En su relato ante el juez, dijo que comenzó a trabajar en la segunda quincena de febrero en la estética y consideraba como una hermana a la ex empleada.
‘Era una chica bastante rara. Llegaba todos los días con moretones, con rasguños, llorando porque el novio le pegaba. Incluso yo la he ayudado, la he llevado a la escuela para que se inscriba porque no quería seguir estudiando. No entiendo lo que está diciendo o porque se ha llevado plata. Nosotras le hemos comprado remedios sin descontárselos. Le he comprado comida, era como una amiga más para mí. No entiendo lo que le ha pasado’, dijo.
‘Ella tenía un desequilibrio. Por ahí venía muy bien, y de golpe lloraba y se iba. La venía a buscar el novio y se ponían a pelear a los gritos. No sé qué pasa en su casa, pero ella venia moreteada’, aseguró.
Al igual que su mamá, Pablo señaló que la chica se había hecho piercings y se los mostraba a sus compañeras. ‘Un día se levanta la remera y me muestra: mira lo que me hice. Ella andaba mostrando las tetas en todos lados porque estaba orgullosa de sus piercings. Pero no se le dijo que se saque el ambo porque ese era el uniforme de trabajo. Todos tenían que tener ambo y solo se sacaba cuando terminaba. No entiendo por qué ella promueve que la hacían desvestir, todas trabajábamos con ambos. Es una estética donde se hacen masajes, y hay camillas para hacer masajes.’, manifestó
De este modo, las mujeres intentaron negar las acusaciones en su contra y apuntaron contra la denunciante. Sin embargo, ambas quedaron imputadas por el delito de promoción y facilitación de la prostitución. Además, el juez fijó una fianza de $200.000 para que Coria recupere su libertad y de $80.000 para su hija. También les impuso una restricción de acercamiento a la denunciante y los testigos del hecho, y no podrán salir de la provincia y el país sin autorización.
La causa será investigada durante un año. El Ministerio Publico Fiscal ahora apunta a conseguir el testimonio de los clientes de la estética para saber que ocurría en el local ubicado sobre calle 25 de Mayo en pleno centro sanjuanino. Según el fiscal Manuel Gálvez, hay una lista de al menos 100 clientes identificados con nombres, DNI y hasta la forma en la que pagaban. Entre ellos, habría figuras de la política, la justicia, deporte, medios y demás personalidades de la provincia.