Un nuevo policía, en el ojo de la tormenta por una balacera a tres mujeres en Chimbas
Los dos efectivos investigados apuntaron contra un tercer oficial en la causa de 'gatillo fácil'.
Un agente y un oficial investigados por las heridas con balas de goma que sufrieron una mujer y dos de sus hijas en el barrio Talacasto, Chimbas, el 13 de noviembre del año pasado, fueron sometidos a una rueda de reconocimiento con resultados dispares. Según fuentes judiciales, el oficial ayudante Jorge Eduardo Videla (31) no fue identificado como uno de los que disparó aquella tarde en que llegaron hasta la casa de las víctimas en busca de unos menores que los habían apedreado.
Pero dos de las mujeres reconocieron al agente César Alexis Gil (25) como uno de los uniformados que les dispararon sin importarles nada. Según voceros de la investigación, Gil y Videla cumplían funciones como jefe de patrulla en el Comando Radioeléctrico Norte aquella tarde, en la que junto a policías de otras áreas llegaron al barrio para intervenir en un gran disturbio que se había producido entre grupos rivales del mismo vecindario.
Les atribuyen los delitos de abuso de arma y lesiones leves agravadas por ser funcionarios policiales. La geolocalización satelital de los móviles policiales y el informe sobre día y horario de trabajo en aquella jornada, sirvieron para establecer que tanto Gil como Videla estuvieron en la zona y fueron al barrio del conflicto. Esa demostración llevó a que ambos lo reconocieron en una declaración. Explicaron que los jefes de patrulla estaban a cargo del uso de la escopeta.
Solo Gil reconoció haber portado el arma con postas de goma, por una orden superior. Videla dijo que él delegó esa función en otro policía de su patrulla, precisaron las fuentes. Y aunque ninguno mencionó a ese policía (su apellido es de la Vega) como autor de los disparos, deslizaron sus miradas sobre ese uniformado. Según fuentes judiciales, Gil negó haber usado su Itaka para disparar esa tarde y admitió haber escuchado disparos sin ver quién los hizo, porque él ya se marchaba.
Videla también reconoció que escuchó tiros, pero aseguró que no pudo ver quién los efectuó, porque estaba dentro de la patrulla, aunque precisó que la Itaka de su móvil la tenía su colega de la Vega. Las versiones de ambos policías parecen complicar a ese tercer uniformado. Y ahora el fiscal Renato Roca y el ayudante fiscal Maximiliano Gerarduzzi (UFI de Delitos Especiales) deberán evaluar cómo encajan los relatos de ambos uniformados con el resto de la evidencia recolectada.
Entre ellas se destacan las denuncias de esas mujeres, que aseguran haber visto a dos policías efectuar disparos contra ellas, precisaron los voceros. Por ahora, la jueza de Garantías, Verónica Chicón, aceptó la prórroga de la investigación que solicitó Fiscalía por cuatro meses (concluye el próximo 4 de marzo). En ese plazo, los investigadores deberán decidir si ese tercer policía traído a la escena de los hechos por sus propios colegas, deberá o no ser imputado.