El 11 de julio pasado, una niña sanjuanina llamada Abigaíl Lucero murió en la Clínica Cimyn. Tras su muerte,  el hecho causó conmoción en la sociedad, ya que los padres de la menor indicaban que se trató de una mala praxis. El caso se judicializó y los médicos que la trataron fueron investigados. No obstante, luego de varios meses de investigación, la fiscalía llegó a la conclusión de que los médicos no actuaron de manera negligente y no se les imputará el delito de mala praxis.

Según informaron fuentes judiciales, en la investigación, se descubrió que la niña fue atendida en dos clínicas diferentes. El 8 de julio, fue atendida en la clínica Parque Universitario, donde se le recetó un remedio, una dieta y análisis clínicos. Al día siguiente, el 9 de julio, fue trasladada a la Clínica Cymin, donde el médico que la atendió le indicó que continuaría con la dieta, le recetó un antibiótico y solicitó nuevamente análisis clínicos.

Después de ello, se confirmó que a la nena nunca se le realizaron los análisis y tampoco se realizó el pedido a su obra social. Con base en esta información y otros detalles médicos, los profesionales médicos de la Justicia concluyeron que la atención, el tratamiento y la medicación que recibió la menor fueron adecuados y correctos. Por lo tanto, se descartó la negligencia por parte de los profesionales de las clínicas Cymin y Parque Universitario.

Cabe mencionar que,  en el resultado de la autopsia realizada a Abigaíl Lucero, se determinó que su fallecimiento fue de manera natural

Por ello, la justicia decidió no tomar acciones legales contra los médicos involucrados en el caso de Abigaíl Lucero. La investigación estuvo a cargo de la UFI Delitos Especiales N.º 5, encabezada por Francisco Pizarro, y contó con la colaboración de los ayudantes fiscales Mariano Carrera e Ignacio Domínguez.