La madre de una adolescente de 15 años tomó la decisión de llevar a su hija a un centro de salud al notar cambios en su cuerpo. Esperaba que le colocaran un dispositivo anticonceptivo, pero un análisis reveló una verdad impactante: su hija estaba embarazada. El padre del bebé resultó ser un joven con el que la madre había descubierto que su hija se mensajeaba meses atrás, y a quien le había pedido que se alejara de ella.

La madre, confrontó al joven y lo acusó de arruinar la vida de su hija. La denuncia se realizó el 6 de marzo, revelando que la adolescente estaba entre los 5 y 6 meses de gestación.

En declaraciones ante un psicólogo del Anivi, la joven relató que había conocido al hombre, Rubén Eduardo Rojas (30 años), a través de Instagram. A pesar de los intentos de la madre por alejarlo, la relación entre la menor y Rojas continuó, culminando en encuentros sexuales sin protección. Cuando la adolescente sospechó su embarazo, Rojas le sugirió abortar, pero ella decidió continuar con la gestación, lo que llevó a la denuncia de la madre.

El 15 de marzo, Rojas fue detenido, pero ayer quedó en libertad bajo un acuerdo de juicio abreviado. La fiscalía coordinada por Raúl Iglesias y Ana Bustos pactaron una condena de 3 años sin encierro, el mínimo para el delito de abuso sexual por aprovechamiento de la inmadurez de la menor. El juez Andrés Abelín homologó el acuerdo, imponiendo reglas de conducta para Rojas por 3 años, incluyendo la prohibición de contactar a la víctima y su madre.