Una convivencia cargada de violencia. Hasta ahí, una realidad que padecían una mujer y sus dos hijas, a manos de su pareja. Fue el caldo de cultivo para que decida terminar la relación. Pero jamás se imaginó que ese mismo sujeto que las maltrataba, también abusó de las menores de edad. Todo salió a la luz casi de casualidad, en marzo de este año. 

Una tarde la mujer caminaba con su hija (14 años, con retraso madurativo, la otra ya mayor de edad) y se cruzó con su ahora expareja. Una crisis de nervios, un llanto que no encontraba consuelo y a las horas una confesión: la menor de las dos le dijo que había sido blanco de abusos, tocamientos y prácticas sexuales. 

Esto desencadenó que la madre le consulte a la otra hija y se enterara que el abuso se perpetró sobre las dos. En ambos casos, el sujeto había amenazado a ellas de hacerles daño si contaban los abusos y por ese el silencio se mantuvo durante tanto tiempo. Presa de una crisis, decidió denunciarlo de inmediato. 

El imputado A.G.G., de 35 años, (no se lo identifica para proteger a las víctimas) fue señalado por los delitos de abuso sexual reiterado agravado por la convivencia, quedó desestimado el acceso carnal, imputación que también tuvo en un primer momento. Todos los abusos ocurrieron cuando la nena con retraso tenía entre 12 y 13 años y la otra, entre 15 y 17 años. 

Fiscalía, a través del fiscal Duilio Ejarque, había pedido 17 años de prisión por el peso de los agravantes (entre ellos que una tenga retraso madurativo), pero los jueces Meglioli, Parrón y Correa le dieron 4 años por los abusos simples agravados por la convivencia contra 2 hijastras. La defensa del abusador, encarnada por María Filomena Noriega, la absolución.

(Fuente: Diario de Cuyo).