El cura Walter Bustos enfrenta nuevas acusaciones que agravan su situación judicial. Fuentes judiciales establecieron un peritaje en donde se confirmó un mensaje comprometedor que salió de su celular el pasado 2 de mayo, dirigido a la novia de la primera víctima del sacerdote, quien ya está condenado a tres años de prisión condicional por abuso (sentencia ratificada por la Corte de Justicia sanjuanina).

La nueva denuncia contra Bustos fue presentada rápidamente en la Unidad Fiscal de Investigación de la CAVIG el 3 de mayo, apenas un día después del envío del mensaje. El fiscal Roberto Ginsberg, al constatar las primeras pruebas de desobediencia judicial, solicitó una orden de allanamiento a la jueza de Garantías Mónica Lucero para incautar el teléfono móvil del sacerdote.

El allanamiento se llevó a cabo el 4 de mayo en la tarde, con la presencia de testigos y efectivos de la brigada de CAVIG. Durante la operación, La maniobra fue detectada por el miembro policial, quien logró confiscar el móvil a pesar de la actitud hostil del sacerdote, según fuentes de la Policía.

Tras más de 20 días de análisis forense, la Justicia confirmó que el mensaje en cuestión fue enviado desde el celular de Walter Bustos, consolidando así la acusación por desobediencia judicial. Este nuevo giro en el caso complica aún más la situación del cura, quien ya estaba bajo la lupa por su anterior condena y ahora enfrenta cargos adicionales que podrían agravar su condena.