El viernes por la noche el Hospital Rawson informó a través de un comunicado oficial el hallazgo de un feto en un baño de mujeres del nosocomio, dando aviso inmediato a la Justicia para iniciar la investigación pertinente. Bastó apenas una mínima averiguación para que el caso tuviera un giro inesperado: la joven protagonista del aborto había sido medicada por una ginecóloga del propio centro de salud para expulsar el feto que llevaba sin vida en el vientre.

Giro inesperado: la historia detrás del feto encontrado en el Hospital Rawson
El comunicado oficial del Hospital Rawson 

Así lo confirmó este sábado el fiscal a cargo de la investigación, Francisco Micheltorena, en una entrevista exclusiva con Canal 13. Dijo que la tarea comenzó el mismo viernes y se extendió hasta las 23. Hicieron un cruce de las cámaras de seguridad con el registro de ingresos, que permitió identificar a una mujer que se había atendido en el área de Ginecología.

Entrevistaron a la médica que brindó la atención a esa paciente, secuestraron el diagnóstico de imágenes y la documentación respaldatoria. La ginecóloga declaró que la joven se presentó el lunes 11 de julio en el consultorio, por una serie de molestias que había sentido. Fue así que le determinaron un embarazo del cual ella no tenía conocimiento.

Era un embarazo inviable, motivo por el cual se le recetó la medicación para expulsar el feto. La expulsión sucedió el viernes 15 de julio en el domicilio de la paciente. ¿Cómo llegó el feto al baño del Hospital Rawson entonces?

La protagonista del hecho aclaró la secuencia. Este sábado por la mañana declaró ante la Unidad Fiscal. Su testimonio habría despejado todas las dudas. El aborto inducido por la medicación de la ginecóloga del Hospital Rawson sucedió en el hogar de la joven. Como ella sentía molestias, tomó el material que había expulsado, lo colocó en un frasco y se dirigió al centro de salud para realizar la consulta correspondiente.

Le realizaron el procedimiento de rutina, que es ambulatorio. La despacharon de regreso a su casa. Pero al salir del consultorio entró a uno de los baños del hospital. Dejó olvidado sobre el área de los lavamanos el frasco con el feto, que luego encontró personal de seguridad y que dio inicio a la investigación Judicial.

Para cerrar definitivamente el caso restan los estudios de anatomía patológica y que la forense de la UFI verifique toda la documentación reunida. Pero la hipótesis casi acreditada es que todo se trató de un malentendido. Que fue un aborto provocado porque el embarazo era inviable. Y que el descuido sucedió al quedar el feto en el sanitario del nosocomio, debiéndoselo llevar la paciente para disponer de él en su domicilio.

Sin embargo, por fuera de la investigación judicial queda abierto el interrogante acerca del procedimiento vigente en el Hospital Rawson para casos de este tipo. ¿Corresponde que sea la paciente la responsable de descartar el feto? ¿Cómo debería hacerlo, tratándose de un resto orgánico?