Este viernes la UFI de Delitos Especiales numero 3 a cargo del fiscal, Adrián Riveros, comenzó de manera formal la investigación por un robo en el edificio de ANIVI. Lo que el ladrón se llevó fue un teléfono celular que estaba secuestrado ya que era prueba de una causa judicial. El echo se produjo en el interior de una de las oficinas y quedaron registradas por las cámaras de seguridad.

Según se supo en la audiencia de formalización, que estuvo a cargo de la jueza de garantías Verónica Chicón, que según registraron las cámras de seguridad de ANIVI, personal de limpieza ingresó a la oficina donde estaba el celular y se lo llevó al terminar de hacer su trabajo. El problema es que a través de las cámaras no se pudo registrar específicamente quien fue.

Es por eso que una vez que se reactivo nuevamente el celular, la policía fue hasta el lugar y detuvo a quien lo tenía entre sus pertenencias. Esa persona, identificada como Abel Román Galeote, reconoció que lo había comprado en el mercado negro. Es por eso que dentro de la causa también se inició otra contra Galeote porque comprar algo robado es un delito tipificado por el Código Penal.

En los próximos seis meses el Ministerio Público Fiscal tendrá la tarea de detectar al ladrón que se robó el celular y lo vendió a Galeote, mientras que el sujeto que lo compró seguirá bajo investigación por el mismo tiempo, pero sin necesidad de tener que estar preso.


Fuentes judiciales aclararon también que el celular ya había sido peritado por la Policía, por ende la información extraída ya está bajo custodia y no se perdió nada. Por otra parte cabe aclarar que el celular quedó nuevamente retenido en la órbita de la Justicia.