Este jueves, en el Juzgado N° 3 de La Rioja, comenzó el juicio contra el tatuador Patricio Pioli (36), acusado de divulgar fotos y videos con su expareja, Paula Sánchez Frega (28), mientras mantenían relaciones sexuales. El veredicto se conocería a mediados de diciembre, será responsabilidad de Gustavo Farías.

Este jueves, el tatuador se abstuvo de declarar en la primera audiencia y le negaron la excarcelación, por lo que deberá pasar todo el proceso judicial en prisión domiciliaria.

Sánchez Frega es la impulsora de una movida inédita al convertirse en la primera mujer que logra llevar a los estrados judiciales a su expareja por un accionar conocido como «pornovenganza» (o «sextorsión») pero que, en rigor, todavía no existe como delito en el Código Penal argentino.

Patricio Pioli - Acusado

Por eso, en los expedientes a Pioli se le endilgan dos delitos: coacción y lesiones leves calificadas. Faltas que pueden castigarse con entre dos y seis años de prisión.

Frega y Pioli se conocieron en 2016. A los dos meses de relación, Pioli se fue a vivir a la casa de Frega, a los cuatro meses el vínculo empezó a resquebrajarse por continuas peleas cotidianas que se amplificaban y escenas de celos de ambos lados.

A los ocho meses se terminó la relación y lo que siguió fue la pesadilla de la difusión de material íntimo que desembocó en la denuncia oficial. Pioli rechaza haber divulgado el material. Dice que fue hackeado.

Paula Sánchez Frega - Denunciante

Según sostiene la querella, la exposición a la que fue sometida Frega tuvo como consecuencia el inicio de un tratamiento psiquiátrico por depresión y trastornos de ansiedad, males que aún padecería.

Fuente: Rioja Virtual