Diego Álvarez fue condenado este viernes a prisión perpetua, acusado del femicidio de su expareja Brenda Requena. Al momento de escuchar el fallo del Tribunal de la Sala I de la Cámara Penal, el hombre se encontraba conectado vía Zoom desde el Servicio Penitenciario Provincial. 

Desde una habitación en el Penal de Chimbas, Álvarez comenzó a escuchar el fallo 'pegado' frente a la cámara que lo firmaba. Tras oír la sentencia, el femicida se hincó hacia atrás en su silla y comenzó a expresar su desacuerdo moviendo su cabeza hacia los costados.

Con gestos en referencia a un 'no', volvió a acercar su cabeza a la cámara para continuar prestando atención al veredicto. Al finalizar la lectura, volvió a mover su cabeza hacia los costados y se colocó su mano en derecha en la frente lamentando la condena.

Acto seguido, su abogado le expresó vía Zoom que durante la semana pasará a visitarlo, a lo cual Álvarez respondió 'bueno'. Por último, su conexión fue desconectada, mientras él se seguía lamentando con el mismo gesto de negación con su cabeza.