Los detalles del caso que dieron origen al allanamiento al Arzobispado
El sacerdote está acusado de haber abusado de un adolescente de 15 años cuando era vicario en Valle Fértil.
Este viernes fue allanado el Arzobispado de San Juan por el caso de abuso sexual a un menor que tiene como acusado al sacerdote Walter Bustos. En horas de la tarde un equipo de la Unidad Fiscal CAVIG, al frente del fiscal Mario Panetta y efectivos policiales realizaron el operativo en el edificio ubicado en calle Mitre, con el objetivo de recabar posibles datos que puedan aportar a la investigación de la causa.
El hecho habría ocurrido en 2017 en Valle Fértil donde el religioso era vicario. En la actualidad el denunciante es mayor de edad, pero por aquel entonces tenía 15 años, y según dejó sentado en la denuncia era feligrés de la parroquia y Bustos era su confesor, y siempre mostraba interés por ayudarlo.
La presunta víctima detalló en la denuncia que el 16 de septiembre de 2017 tenía en su celular 27 llamadas perdidas del sacerdote. El grueso de las mismas fueron realizadas en la madrugada, pero las últimas fueron realizadas a las 6:44 horas. Si bien le pareció extraño, atribuyó esta actitud a una genuina preocupación que tenía por él, puesto que le había contado que había mantenido relaciones sexuales con hombres mayores, había sufrido burlas en la primaria, y en la secundaria transitó por un problema de salud.
En esa oportunidad, el muchacho decidió hacer capturas de pantalla a las llamadas perdidas. Además, en sus redes sociales posteó: ‘Cómo quiero a este hombre (...). Dios lo puso en mi camino y le agradezco por hacerlo. Esta sí es una persona que se preocupa por mí. Gracias por todo’
Luego de ese episodio, a los días Bustos lo volvió a llamar. Esta vez a las 3:30, entre semana y con voz ebria. El joven decidió atender la llamada e ir a la casa parroquial. Según consta en la denuncia, cuando entró el cura lo abrazó, lo besó y lo llevó a una habitación donde le practicó sexo oral ‘durante media hora’. También contó que no pudieron tener relaciones sexuales debido a los nervios que él tenía, y que el sacerdote le pidió que no dijera nada.
Según señaló el denunciante el 1 de octubre volvió a llamarlo. Esta vez fue a las 00:30 y el muchacho sabía para qué. Una vez adentro de la casa parroquial se besaron y le dejó un chupón en el cuello. Nuevamente le practicó sexo oral, y nuevamente no lograron concretar la relación sexual por el nervio del chico. Esa madrugada, exactamente a las 2:02 se hizo una foto de la marca que le había dejado el encuentro.
Luego el joven precisó que los días que siguieron estuvo mal, con culpa por los dos episodios. No quería charlar ni crearse al sacerdote, pero un mes antes de hacer la comunión y confirmación Bustos lo interceptó cuando se estaba por confesar con otro sacerdote y lo confesó él. Durante el sacramento le aconsejó que no se contara nada, ni se confesara en San Juan, sino que lo hiciera en San Luis o Mendoza, y que incluso le ofreció comprarle el pasaje.
El 4 de noviembre recibió los sacramentos. El joven contó que lloró durante la ceremonia y todo el día, por la culpa que sentía. Incluso afirmó que en las fotos de ese día aparece llorando. El 16 de diciembre el muchacho registró 18 llamadas, la última a las 3,38, de las cuales les hizo capturas.
Encontrándose de vacaciones en San Luis se confesó con otro sacerdote el 24 de febrero de 2018. Antes le llamó al religioso para contarle lo que iba a hacer. Este le aconsejó confesar que mantuvo relaciones con un sacerdote, pero que no diera nombre. El joven le hizo caso.
El muchacho señaló en la denuncia que se animó a denunciar a Bustos cuando estalló el escándalo de las denuncias por abuso sexual a tres jóvenes familiares de él. Lo hizo confesándose en Valle Fértil con el párroco.
Según señaló el muchacho este sacerdote le exigió contar todo ante su madre, ante él y ante un seminarista. Luego por escrito lo hicieron escribir cuatro hojas de declaración ante otro religioso que ofició como abogado. Por último, le hicieron jurar ante la Biblia que nunca hablarían con nadie del tema y le prometieron un psicólogo, pero nunca lo asistieron, sostuvo.
‘Denuncié porque leí que decían que podría ser mentira lo que estos chicos denunciaron. Esto me removió lo que viví y sé que no están mintiendo’, declaró en CAVIG, donde aportó las pruebas de sus dichos.
Luego de la denuncia de la presunta víctima, se realizó una audiencia de formalización en donde Bustos quedó imputado. El caso está siendo investigado, y al sacerdote le dictaron 45 días de prisión preventiva, la cual se encuentra transitando.