El abogado patrocinante del Arzobispado, Rubén Lloveras, reveló los entretelones de la compra de un terreno a un abuelo caucetero, la cual fue denunciada como estafa. 'Nosotros tomamos conocimiento de la denuncia por los medios, no hemos sido notificados oficialmente por parte del Tribunal. Los abogados del Arzobispado no participamos en ese acto jurídico', afirmó.

Ante este panorama, el letrado intentó munirse de todos los antecedentes para saber de qué se trataba dicha negociación. 'El arzobispo adjunto y el ecónomo de la institución están aislados por contacto estrecho entonces no tuve otra alternativa que ir a la escribanía donde se formalizó la escritura para que la escribana me explique de qué se trataba el negocio', dijo. 

En este sentido, tomó conocimiento de que era la venta de la nuda propiedad de un inmueble, que significa que no se transmite el dominio completo sino que el vendedor retiene el uso y goce del inmueble mientras viva. 'Se acordó que todos los impuestos, tasas y servicios sean a cargo del Arzobispado, al igual que los gastos de escrituración, de mensura y demás', agregó.

Por último, destacó que esta operación se realizó los últimos días del año 2020 y se refirió al contenido de la denuncia, que dice que el vendedor no estaba en condiciones de efectuar dicho acto jurídico. 'La gente que intervino del Arzobispado y la escribana, nunca pudo advertir ningún tipo de enfermedad grave psiquiátrica o psicológica', se explayó el abogado.