Una sanjuanina padece del 'síndrome del asesinato del alma' luego de ser abusada
Este viernes la justicia condenó al padrastro de una menor a 14 años de prisión. El calvario fue tal que la niña de 10 años se autopercibe muerta.
Se trata del changarín que violó a su hijastra. A la víctima le diagnosticaron el "síndrome del asesinato del alma". El sujeto fue condenado a 14 años de prisión por los jueces Matías Parrón, Andrés Abelín Cottonaro y Juan Gabriel Meglioli.
Esta es la pena menor a la que la fiscal Valentina Bucciarelli solicitó, 22 años, en tanto el defensor oficial César Oro había solicitado 8 años, el mínimo posible que comprenden los delitos. Esto fue luego de que fuera declarado culpable de cometer abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal, ambos agravados por la convivencia y la guarda.
Antes de que se conociera el veredicto final el imputado de 35 años mencionó "Me quiero ir a mi casa a estar con mis hijos y a trabajar. Estoy tranquilo, sé lo que he hecho y lo que no he hecho". Cabe decir que este hombre esta entre rejas desde el 29 de octubre del año pasado.
En este punto, el Ministerio Público Fiscal quedó probado que el sujeto abusó sexualmente de su hijastra cuando ella tenía entre 9 y 10 años. Todo fue cuando vivían juntos en una casa de Chimbas. En la declaración señalaron que el acto comenzó con tocamientos y besos en la zona púbica y le decía que era un juego, mientras que luego la sometió carnalmente en tres oportunidades. En todas ellas por vía anal, consta en el expediente.
De acuerdo con lo que dictan en el expediente, una de las violaciones ocurrió en la cocina de la casa, otra en el fondo y la restante en un descampado cercano a la vivienda. La última ocasión fue concretamente cuando la niña jugaba con otros menores en la calle cuando fue llamada por su padrastro, con la excusa de era su madre quien la necesitaba. Eso fue lo que el hombre aprovechó para llevarla al descampado, comenzó a besarla, a manosearla y la accedió analmente, para luego decirle "ya está, andate a jugar otra vez".
En la misma línea, la víctima refirió que en al menos cuatro oportunidades fue obligada por el hombre a practicarle sexo oral, en una de ellas teniendo a una hermana menor durmiendo en la misma habitación. Por este caso, una psicóloga que analizó a la víctima le diagnosticó el síndrome del asesinato del alma: la chica se autopercibía muerta. Atravesó un tiempo en el que no quería comer y presentaba asco e inhibición hacia el sexo opuesto, reveló una pericia.