Este miércoles, las autoridades chilenas decretaron una cuarentena obligatoria en todo Santiago tras un aumento en 60% de nuevos casos de coronavirus en las últimas 24 horas, que suman 34.381 infectados desde marzo. Jaime Mañalich, ministro de salud del país trasandino indicó que tras reportar un récord de 2.660 nuevos casos de coronavirus y 12 fallecidos más en las últimas 24 horas. “La medida más severa que debo anunciar es una cuarentena total en el Gran Santiago”, expresó el titular de la cartera sanitaria.

Hasta el momento, la capital chilena es la región que sufrió mayor cantidad de infectados a nivel nacional, ya que el 80% fue detectado en Santiago. La nueva medida implica a comunas de la capital donde habían levantado el confinamiento obligatorio en las últimas tres semanas.

Mañalich calificó de extremadamente duras las medidas que tuvo que comunicar y reconoció que ”significan un sacrificio, tienen efectos adversos muy importantes y lo relevante es que estas medidas sean respetadas al máximo de lo posible para que produzcan su impacto en el más breve plazo posible”. Al mismo tiempo, manifestó que entrarán en vigencia a las 22 del próximo viernes 15 de mayo.

Según indicó el periodista chileno Leo Poblete, en diálgo con la AM 750 la situación está al límite. El comunicador expresó: "Los números son los que no mienten y según la sociedad chilena de medicina intensiva dice que un 90% de las camas críticas de la región metropolitana están ocupadas. Es un porcentaje muy por encima del promedio nacional que bordea el 78%”, sostuvo y expresó que “otro de los problemas es el déficit de profesionales por contagio y cuarentena”.

Del mismo modo, Poblete indicó que las autoridades médicas “llamaron a prepararse para un escenario muy hostil. Dicen que las próximas tres semanas son claves para ver como avanza. Ayer tuvimos 1600 casos en 24 horas”. Y luego señaló que “esa curva va en aumento desde hace bastantes días. Lo que está aplanado y no crece es la tasa de mortalidad, lo cual llama la atención”.

La decisión se tomó luego de que el Banco Central de Chile informara sobre la solicitud al Fondo Monetario Internacional (FMI) de una línea de crédito flexible (FCL) de 23.800 millones de dólares para prevenir los efectos negativos en su economía que pueda causar la crisis sanitaria. La pretensión del emisor chileno es que el ente monetario internacional conceda el préstamo por dos años, una medida destinada a “proteger a las economías ante eventuales shocks externos al proporcionar un acceso amplio y por adelantado a los recursos del FMI”, según lo que informó el Banco Central a través de un comunicado.

Asimismo, aseguraron que la solicitud será “recomendada” por la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, al directorio del organismo para su futura aprobación. La FCL es una medida de precaución a disposición de los países que complementa los ingresos propios de cada Estado y que se puede solicitar para alcanzar los objetivos económicos de los bancos centrales en situaciones de problemas externos repentinos, como el que se proyecta que generará la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia.

Entre las condiciones necesarias para que la FCL sea aceptada por el FMI, el Banco Central informó que es necesario que el país solicitante pueda garantizar “muy sólidos fundamentos macroeconónimos”. El monto del crédito no podrá ser destinado a financiar el gasto público del país que lo requiere y no impone acciones previas ni condiciones posteriores al desembolso, como sí ocurre con los programas del FMI destinados a países con crisis en sus balanzas de pagos.

Poblete explicó que “hace poco más de una hora se confirmó un caso de coronavirus entre la prensa acreditada en La Moneda” y que “lo que entendemos es que el COVID19 anda aparentemente por los pasillos del palacio de la moneda”