Este viernes Jair Bolsonaro dio su último discurso como jefe de estado de Brasil, a la espera de que el próximo 1 de enero el Lula Da Silva tome las riendas del ejecutivo nacional de ese país

Conmovido, el mandatario se despidió luego de cuatro años de gestión como el principal opositor al dirigente del Partido de los Trabajadores. "El mundo no termina el 1 de enero, no hay un todo o nada, hay que tener inteligencia y mostrar que somos diferentes a ellos, que respetamos la ley y la Constitución", expresó el exponente de ultra derecha.

"Di mi sangre y mi vida por Brasil, si de algo sirvió mi gobierno es haber atrasado cuatro años la llegada nuevamente de la izquierda. No se termina Brasil el 1 de enero. Tenemos una masa de personas que entienden mejor de política", manifestó.

También brindó su apoyo a las protestas frente al Cuartel General del Ejército, sin embargo repudió la violencia que inundó las calles en reclamo al Ejército brasileño para derrocar el gobierno entrante. Terminado el discurso, el líder del Partido Liberal abandono sus funciones y rumbo a Estados Unidos de manera que no participará del traspaso de poder, por lo que habría cambios en la ceremonia de asunción.

Durante el discurso insistió: "Fui víctima de una injusticia electoral que no fue parcial". Asimismo, resaltó que, en su opinión, el resultado favoreció al líder progresista con diversas decisiones. Bolsonaro cayó en las elecciones que dieron como presidente electo a Lula da Silva, con un 50,9% por sobre Jair Bolsonaro con un 49,1%.

Por último, dio un balance sobre su mandato donde reconoció que hubo problemas, sobre todo en la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania, pero que ninguna se relaciona a los que vendrán en el futuro: "El nuevo Gobierno que viene ahí va a crear muchos problemas".