Hace 8 meses, cuando Ricardo Dillon viajó a Ecuador no pensó que llegaría una pandemia. Más allá de los recuerdos, de la nostalgia y de la falta de su familia, el ex Desamparados vivió un protocolo estricto que posibilitó la vuelta del fútbol, algo que en Argentina parece difícil de imaginar.

'Acá el virus se propagó muy rápido. Teníamos una modalidad de toque de queda que empezaba a las 20 y terminaba a las 7 de la mañana', señaló el director técnico del Mushuc Runa en Paren Las Rotativas.

A pesar de eso, comenzó un protocolo estricto. 'Previo a la competencia, empezamos a hacernos test que afortunadamente dio negativo. Antes de cada partido hacen pruebas rápidas', dijo.

Sin embargo, el contexto era oscuro. 'En Guayaquil las cosas se pusieron difíciles y por suerte se controló. Íbamos al entrenamiento en autos. El complejo tenía cuatro canchas y nos permitían solo 7 jugadores por cancha para entrenar', explicó.

El protocolo se fue cumpliendo y la actividad se fue flexibilizando. Así, las autoridades posibilitaron 14 jugadores por cancha. 'Además, sanitizaban los colectivos. Ahora vamos a jugar la novena fecha del torneo y ya nos hicimos ocho testeos, que afortunadamente dio negativo', acentuó.

Comedores especiales y materiales descartables para cada jugador, fue parte de la fórmula que llevó a que no hubiera brotes dentro de los equipos que hoy disputan la liga ecuatoriana. 'No pasó de cuatro contagios', aseveró.