Una comunidad entera de monjas clarisas, de Belorado, en Burgos y Orduña, Vizcaya, España; decidió abandonar la iglesia católica. Sor Isabel de la Trinidad, abadesa de la comunidad, reconoció a Pío XII como último pontífice válido de la iglesia y acusó a los papas posteriores de herejía.  

Las mujeres acusaron en un comunicado a sus superiores dentro de la iglesia de una persecución. La gota que haría colmado el vaso para ellas fue la decisión por parte de Roma de impedirles la venta de un convento que tienen en propiedad.

La propiedad en cuestión está abandonada. Las monjas quisieron deshacerse de este inmueble para comprar un monasterio de Orduña, perteneciente a otra diócesis, para la que ya contaban con un acuerdo de compraventa. Las clarisas no obtuvieron el permiso para vender el convento, plantearon diferentes alternativas, pero al final la operación no se concretó.

Las monjas acusan que las propiedades son “muy golosas para algunos”, por lo que, a su entender, buscan quedarse con sus bienes. “Dios nos libre de los lobos con piel de oveja”, afirmron.” Nos van a denominar herejes y cismáticas, locas y muchas cosas más, muy calumniosas y desagradables. No los creáis, al menos por esta vez, que no os engañen”, declararon en el comunicado.

Luego de abandonar la iglesia católica, las mujeres se pusieron bajo la tutela de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, un ex obispo excomulgado, quién ahora dirige la llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli una fundación sin ánimo de lucro. De Rojas se presenta a sí mismo como duque imperial, príncipe elector del Sacro Imperio Romano Germánico y cinco veces Grande de España. Su secta no reconoce a ningún papa posterior a Pío XII ni admite la validez de los sacramentos celebrados en la Iglesia católica postconciliar.

Por otro lado, en la iglesia, los arzobispos de Burgos y el Obispado de Vitoria, afirmaron en un comunicado conjunto que nunca recibieron ninguna inquietud por parte de las exreligiosas y rechazan sus acusaciones. Sobre la venta del convento, afirmaron que no es parte de sus competencias, y que tampoco recibieron ninguna petición sobre el mismo por parte de las mujeres.