Espantoso: la secuestraron, trituraron su cadáver y se la comieron los cerdos
Los detalles de la atroz muerte de una mujer que fue secuestrada por la mafia italiana.
Este caso tiene como protagonista y victima a una empresaria agropecuaria italiana. Ella fue asesinada por la mafia de ese país por negarse a vender sus tierras. Se trata de Maria Chindamo quien fue vista por última vez en mayo de 2016 y desde ese entonces era buscada intensamente por su familia. Sin embargo, recién en el 2020 apareció un arrepentido que participó del crimen. El fue quien dio los macabros detalles del triste final de María.
Antonio Cossidente es un exmiembro del clan de los Basilischi. Este hombre, arrepentido por los crimenes cometidos, declaró que Chindamo fue secuestrada, asesinada, triturada y arrojada a los cerdos como comida. A su vez sostuvo que el motivo de la muerte se baso en que ella se negó a vender una finca.
La mujer, que en su momento tenía 44 años y era madre de tres hijos, fue vista por última vez el 6 de mayo de 2016. La policía investigo sobre el caso pero solo lograron detectar que en el auto de la victima tenía rastros de sangre y mechones de pelo. En un primer momento consideraron que el caso era un asesinato por venganza realizado por familiares de su exmarido, quien se había suicidado tras separarse de ella.
Pero a 4 años de la desaparición, todo dio un giro ya que la confesión de Cossidente fue clave. El hombre de 54 años vivía enfrente de la casa de la víctima y fue detenido en julio del año pasado acusado de manipular el sistema de videovigilancia en la propiedad de la mujer la noche anterior a su desaparición. Fue ahí cuando no aguantó más y dijo todo lo que sabia.
En su relato sostuvo que los captores la esperaron en el ingreso de su establecimiento agrícola porque sabían que ese día se reuniría con un grupo de obreros que tenían que hacerle algunos trabajos. Al llegar, fue agredida por tres hombres justo cuando estaba entrando en su camioneta. Mientras intentaba huir, la hirieron. En ese momento fue arrastrada hasta un furgón y llevada a una casa colonial donde fue asesinada. Tras el crimen, tiraron su cuerpo en un terreno y lo trituraron con una máquina agrícola. Los restos fueron tirados como alimento a los cerdos, a los que habían mantenido en ayunas durante varios días.