"Para cambiar el mundo hay que hacer ruido".

Roger Hallam es el autor de esta frase y uno de los fundadores de Extinction Rebellion (XR), un grupo ecologista que surgió en Londres (Reino Unido) y busca influir y cambiar las políticas ambientales de los gobiernos.

Su apuesta es "ocupar pacíficamente los centros del poder y cerrarlos", pero no solamente en la capital británica; también actúan en otras metrópolis globales como Berlín (Alemania), Nueva York (EE.UU.) o Sídney (Australia).

La organización empezó a llevar a cabo 15 días a partir de este lunes 7 de octubre de desobediencia civil en más de 60 ciudades de todo el mundo -desde Madrid (España) hasta Ciudad del Cabo (Sudáfrica)- para denunciar la inacción "criminal" de los políticos frente a la "emergencia climática y ecológica".

El grupo espera paralizar más de 60 ciudades en todo el mundo durante las próximas dos semanas.

En América Latina, convocaron protestas en CDMX (México), Buenos Aires (Argentina), Bogotá (Colombia), Santiago (Chile) y Río de Janeiro (Brasil).

Pero ¿quiénes son Extinction Rebellion y cómo esperan lograr sus metas?

Se trata de un movimiento social creado en Reino Unido que tiene por objetivo influir sobre las políticas medioambientales globales mediante la resistencia no violenta.

Durante una serie de protestas masivas ocurridas en abril en Londres hubo más de 1.100 detenidos por haber bloqueado las calles de la capital británica.

Entonces, el grupo ya recibió críticas por querer interrumpir el servicio del metro, algo con lo que vuelve a amenazar en octubre.

Roger Hallam, uno de los fundadores del grupo, asegura que lleva años estudiando cómo lograr un cambio social.

El alcalde de Londres, Sadiq Khan, dijo hace meses que, aunque "compartía la pasión" de los activistas, estaba "extremadamente preocupado" por sus planes de alterar el transporte público.

Esta vez, los organizadores aseguran que las protestas en Londres serán hasta "cinco veces mayores" que las que tuvieron lugar en abril, y anunciaron que bloquearán carreteras, puentes y medios de transporte.

¿Cómo nacieron las protestas?

Las primeras acciones de la organización tuvieron lugar en el Reino Unido en 2018, como reacción al lento progreso de las políticas ambientales.

Entre otras cosas, los miembros del grupo cortaron puentes, vertieron cubos de sangre falsa en las afueras de Downing Street (la residencia oficial y oficina del primer ministro) y aparecieron semidesnudos en el Parlamento.

Un activista en el centro de Londres el pasado mes de abril.

Ellos mismos se definen como "un movimiento internacional que utiliza la desobediencia civil no violenta para lograr un cambio radical con el fin de minimizar el riesgo de extinción humana y colapso ecológico".

Consideran la desobediencia civil no violenta y la rebelión "necesarias".

"Creamos colectivamente las estructuras que necesitamos para desafiar el poder. Cualquiera que siga nuestros principios y valores puede actuar en nombre de Extinction Rebellion", afirman en su web.

¿Y cuánto tiempo tienen previsto llevar a cabo sus protestas?

"Desde el 15 de abril de 2019 hasta que ganemos", aseguraron hace seis meses.

"La vida en la Tierra está en crisis", se lee en su web. "La vida misma está bajo amenaza".

"Escuchamos la historia llamándonos desde el futuro. Vislumbramos un nuevo mundo de amor, respeto y regeneración en donde restauremos la compleja red de la vida".

"El futuro está dentro de nosotros, en el amor férreo hacia nuestros hijos, en el impulso a ayudar a un extraño en apuros, en nuestro deseo de perdonar, incluso cuando eso parece pedir demasiado".

"Tell the truth" (di -o digan- la verdad) es uno de sus lemas.

Presencia en Latinoamérica

Aunque donde ha demostrado más fuerza el movimiento ha sido en Londres, los organizadores aseguran que hubo protestas en más de 80 ciudades de 33 países distintos.

También tienen implantación en Estados Unidos, en ciudades como Seattle y Nueva York.

En cuanto a Sudamérica, su difusión es más modesta, aunque tienen grupos locales en Bogotá (bajo el nombre de Rexistencia contra la Extinción), Buenos Aires (Argentina), Santiago de Chile y Sao Paulo (Brasil).

En los últimos meses, el movimiento ha crecido, aunque menos que en ciudades europeas como Bruselas, Berlín, Estambul, Edimburgo, Barcelona o Lisboa.

Lo que piden

Las protestas de Londres en abril se concentraron en puntos céntricos de la ciudad.

En su página web resumen sus exigencias en tres puntos:

1. Los gobiernos deben decir la verdad y declarar una emergencia climática y ecológica, trabajando con otras instituciones para comunicar la urgencia del cambio.

2. Detener la pérdida de biodiversidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero para 2025 en Reino Unido.

3. Crear una Asamblea Ciudadana que guie al gobierno y decida los cambios necesarios sobre el clima y la justicia ecológica.

¿Son realistas sus exigencias?

Solamente en Londres hubo más de 1.000 detenidos en los últimos meses.

Los planes del grupo parecen poco factibles, según los análisis del Centre for Alternative Technology (CAT), una organización benéfica dedicada a investigar soluciones positivas para el cambio ambiental.

Llegar a cero emisiones netas de carbono en 2025 sería un objetivo extremadamente difícil para Reino Unido, dado que, actualmente, el gobierno está trabajando en un plan para conseguirlo en 2050.

Para lograrlo en 2025, habría que hacer cambios drásticos en todo el país.

Los investigadores de Zero Carbon Britain, un proyecto del CAT que promueve una sociedad sin emisiones, sugirieron que para llegar a cero emisiones Reino Unido necesitaría unos 130.000 aerogeneradores adicionales.

Además, habría que reemplazar todas las calderas de gas por electricidad, y tendría que aumentar masivamente la energía renovable, en una escala nunca vista, para satisfacer la demanda adicional.

También habría cambios en la dieta: la gente tendría que consumir menos carne y productos lácteos.

Y, además, el tráfico aéreo tendría que verse severamente restringido.

Pero Gail Bradbrook, cofundadora de la organización, apela al compromiso de los políticos.

"No es el momento para ser realistas, es el momento para que la humanidad cambie completamente de rumbo", afirmó Bradbrook.

Y añadió: "No se trata de poner paneles solares en algunos techos. Lo postergamos tanto que ahora tenemos que hacer algo casi milagroso para abordar esta situación".

*Este artículo se publicó originalmente en abril de 2019 y fue actualizado con las protestas organizadas para octubre de 2019 por el grupo Extinction Rebellion.

Fuente: BBC NEWS