A pesar de un acercamiento diplomático entre Argentina y el Reino Unido desde la llegada al poder de Javier Milei, las tensiones militares en torno a las Islas Malvinas se mantienen latentes. Mientras Argentina planea la compra de 25 aviones de combate F16 a Estados Unidos y de cuatro aviones Orion a Noruega para reforzar su vigilancia marítima, el Reino Unido sorprendió con un reciente anuncio sobre la actualización de su sistema de comando y control aéreo en las Islas Malvinas.

El Ministerio de Defensa británico adjudicó a la empresa estadounidense IBM un contrato de 30 millones de libras para modernizar el sistema conocido como "GUARDIAN", diseñado para mejorar la coordinación y los tiempos de respuesta en situaciones de alta amenaza. 
Este sistema será desplegado tanto en el Reino Unido como en las Malvinas, con un primer año destinado a alcanzar la capacidad operativa completa y dos años adicionales de soporte.

Si bien el gobierno británico insiste en que sus fuerzas en las islas tienen fines exclusivamente defensivos, la renovación tecnológica generó preocupación en ciertos sectores de Argentina, especialmente por el histórico reclamo de soberanía sobre el archipiélago. No obstante, los expertos aseguran que esta modernización no implica un aumento en la militarización de la zona, sino la actualización de sistemas que ya estaban en funcionamiento desde los años posteriores al conflicto de 1982.

En paralelo, Argentina intensificó sus esfuerzos para fortalecer sus capacidades defensivas, aunque con ciertas dificultades. La compra de los F16 aún no se concretó, y surgieron tensiones con Estados Unidos y el Reino Unido tras los recientes comentarios favorables de Milei hacia China, lo que podría generar trabas en la adquisición de estos aviones. A pesar de los rumores, las fuentes oficiales no confirmaron si estas fricciones afectarán la entrega de los equipos.

Mientras tanto, en las Islas Malvinas, los británicos avanzan con la exploración hidrocarburífera sin que Argentina interfiera, y las recientes conversaciones entre la canciller argentina Diana Mondino y su contraparte británica, David Lammy, parecen haber facilitado la reanudación de vuelos semanales entre San Pablo y las islas. Este acercamiento, que fue duramente criticado por la oposición en Argentina, marca una nueva etapa en el diálogo entre ambos países.