Este jueves, un bebé prematuro de tan solo dos días de vida falleció a causa del coronavirus en Sudáfrica. De esta forma, según lo que informaron las autoridades, la criatura se transformó en una de las muertes más tempranas registradas en el mundo por la pandemia.

La madre y el bebé habían dado positivo en las pruebas del nuevo coronavirus, dijo en la jornada pasada el gobierno del presidente Cyril Ramaphosa. "Desgraciadamente hemos registrado el primer fallecimiento neonatal relacionado con el coronavirus. El bebé tenía dos días y tenía dificultades pulmonares que requirieron apoyo por ventilación (pulmonar) inmediatamente después de su nacimiento", lamentó el Ministerio de Salud sudafricano, en un comunicado difundido a última hora del día.

En el mismo reporte se anunciaron 26 nuevas muertes por coronavirus en el país en las últimas 24 horas. Sudáfrica, con 18.003 casos y 339 fallecidos, es el país más golpeado por la pandemia de toda África, donde hay casi 95.000 casos, con menos de 3.000 muertos.

Según las proyecciones presentadas este jueves por el Ministerio de Salud y distintos equipos de expertos que trabajaron con el gobierno, en el escenario más pesimista, el país podría sufrir hasta 50.000 muertos y unos 3,6 millones de infectados. De igual modo, estimaron que el pico del pandemia llegará recién entre fines de julio y agosto, con más de un millón de casos activos, según informó la agencia de noticias EFE.

Si estos pronóticos se cumplen, Sudáfrica superaría su capacidad hospitalaria, especialmente en sus unidades de terapia intensiva. El bebé fallecido este jueves es la víctima mortal más joven registrada en Sudáfrica por coronavirus y una de las más jóvenes a nivel mundial.

A fines de abril, Filipinas informó de la muerte de un bebé de 16 días por coronavirus. Pese a las duras medidas de confinamiento impuestas de forma temprana, la lenta desescalada actual y la estrategia de realizar test masivos, Sudáfrica experimenta desde hace días una aceleración de la epidemia, con cifras cercanas al millar de casos nuevos cada día que se concentran sobre todo en la región del Cabo Occidental, donde se encuentra Ciudad del Cabo.

A pesar de ello, África no está viviendo los aumentos explosivos de los contagios que se vieron en Europa y Estados Unidos, gracias en gran medida a las reacciones rápidas y drásticas de la mayor parte de países del continente, sabedores de la fragilidad de sus sistemas de salud.