Macabro: ex policía tenía 14 cadáveres enterrados en su casa
El hombre declaró que si continúan las excavaciones podrían encontrar hasta 40 personas asesinadas. ¿Por qué?
A principios de mayo las autoridades salvadoreñas informaron de un asesinato múltiple en la casa del ex policía Hugo Ernesto Osorio Chávez. El sospechoso fue detenido por las muertes de dos hombres, una madre y su hija, cometidos en su domicilio de Chalchuapa. En la investigación por los asesinatos se realizó un rastrillaje de la casa que llevó al descubrimiento de fosas clandestinas cavadas en la propiedad donde el detenido depositaba a sus víctimas.
El equipo forense detectó en la casa y el terreno lindante hasta siete fosas, y aunque aún se desconoce la identidad de las víctimas se logró identificar los restos de siete mujeres y tres menores de edad, una niña de 7 años y dos niños de nueve y dos años respectivamente. El expolicía salvadoreño declaró a medios locales que en su domicilio se podrían encontrar los restos de más de 40 personas asesinadas.
En el último reporte de la situación difundido por las autoridades se confirman desenterrados los restos de 14 personas, que deberán ser identificadas mediante pruebas genéticas dado su estado de descomposición. El Ministerio Público declaró que algunos de los cuerpos muestran evidencia de haber sido asesinados hace dos años. Gustavo Villatoro, ministro de Seguridad de El Salvador, afirmó en una rueda de prensa que este jueves comenzarán las pruebas genéticas.
Las hará el Instituto de Medicina Legal salvadoreño, que buscará coincidencias con el ADN de vecinos de la municipalidad que reportaron familiares desaparecidos. Villatoro agregó sobre el asesino que 'estamos frente a un psicópata que su fin no era desaparecer, su fin era satisfacer sus apetitos sexuales y luego, según él, borrar las evidencias'.
También reconoció posible que varios crímenes formen parte de un trabajo de sicario realizado por el ex gendarme. La residencia de Osorio Chávez se encuentra en una zona rural y aislada, a más de 73 kilómetros al oeste de San Salvador, y continúa bajo la investigación del equipo forense salvadoreño. Los agentes han ampliado el perímetro de seguridad alrededor de la propiedad y no permiten que la prensa se aproxime, por lo que detalles del caso son escasos.