El papa Francisco afirmó este lunes que "no" está bien de salud y prefirió no leer un discurso que tenía preparado en un encuentro con rabinos europeos en el Vaticano.

"Gracias por esta visita que a mí me gusta tanto, pero sucede que no estoy bien de salud y por esto prefiero no leer el discurso sino dárselos y que se lo lleven", dijo el pontífice, con la voz afectada, al recibir a un grupo de rabinos europeos.

El Sumo Pontífice, de todos modos, mantuvo su agenda de este lunes que incluyó un encuentro de 40 minutos con el líder catalán Pere Aragonés. Según, Francisco, de 86 años, recibirá esta tarde a cerca de 7.000 niños de 84 países en el marco de una iniciativa vaticana por la paz.

El Papa "está un poco resfriado", pero sus "actividades continúan regularmente", llevó tranquilidad el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.

De acuerdo a lo que explicó Bruni a los medios, el Pontífice "tenía el deseo de saludar individualmente a los rabinos europeos y para ello pronunció el discurso. Por lo demás, las actividades del Papa continúan regularmente".

Según informaron medios internacionales, Francisco les entregó su discurso a los rabinos, en el que hizo mención a que "una vez más la violencia y la guerra han estallado en esa Tierra que, bendecida por el Todopoderoso, parece continuamente opuesta por la bajeza del odio y el ruido fatal de las armas".

El Papa señaló que "en este tiempo de destrucción", "los creyentes estamos llamados, para todos y sobre todo, a construir la fraternidad y a abrir caminos de reconciliación" y afirmó: "Ni las armas, ni el terrorismo, ni la guerra, sino la compasión, la justicia y el diálogo son los medios adecuados para construir la paz".

Por otro lado, abogó por el diálogo con el judaísmo. "Los necesitamos, queridos hermanos, necesitamos del judaísmo para comprendernos mejor a nosotros mismos. Por lo tanto, es importante que el diálogo judeo-cristiano mantenga viva la dimensión teológica mientras continúa abordando cuestiones sociales, culturales y políticas", afirmó.

El Papa instó a los rabinos y demás creyentes a "dar testimonio de su palabra con nuestro diálogo y de su paz con nuestra conducta": "Que el Señor de la historia y de la vida nos dé valor y paciencia para hacerlo. ¡Salom!", concluyó.

El pontífice había pedido ya este domingo tras el rezo del ángelus un alto el fuego en la Franja de Gaza, para "que se pueda socorrer a los heridos y que la ayuda llegue a la población de Gaza, donde la situación humanitaria es desesperada".